Cientos de activistas han extendido una larga bandera roja en el lugar donde se realizan las negociaciones climáticas en París como símbolo de las «líneas rojas» que los negociadores no deben cruzar en la búsqueda de un acuerdo internacional para combatir el calentamiento global.
Con gritos de «equidad» y «financiación», los activistas piden más ayuda para los países pobres que intentan reducir sus emisiones y enfrentan los daños que provocan el ascenso del mar y los fenómenos climáticos extremos.