Un niño se columpia plácidamente en un parque, cuando, sin venir a cuento, su padre le da un puntapié a una pelota que, desgraciadamente, golpea directamente en la cabeza de su hijo, desequilibrándolo y haciéndolo gritar de dolor.
No está claro qué fue lo que pretendía este hombre, pero, sin duda, se ha ganado el derecho a ser nominado como el peor padre del año.