El estado mexicano de Tabasco (sureste), el único donde se permite la contratación de vientres de alquiler del país, decidió excluir a extranjeros y parejas gays de esa práctica después de que varios contratantes extranjeros, algunos homosexuales, registraran problemas administrativos con sus bebés.
El congreso del estado reformó el lunes el Código Civil -donde desde 1997 se autorizaba la gestación subrogada sin quedar expresamente prohibida para extranjeros, solteros o parejas homosexuales– de modo que a partir de ahora los contratantes deberán «ser mexicanos», informó la institución en un comunicado.
Con 21 votos a favor y 9 en contra, los diputados de Tabasco también establecieron que «la mujer contratante», de entre 25 y 40 años, deberá acreditar con certificado médico su esterilidad o contraindicación médica para llevar a cabo la gestación en su útero.
Con estos cambios, esta práctica quedaría expresamente prohibida para solteros y homosexuales y sólo será posible para «matrimonios mexicanos de un hombre y una mujer», dijo a la AFP una fuente del Congreso de Tabasco.
Además, el Congreso aprobó que esta práctica sea hecha a partir de ahora bajo vigilancia de la Secretaría de Salud del estado e incluya la intervención de un notario público.
Tabasco se convirtió en un destino atractivo para extranjeros para la subrogación de vientres por sus precios económicos y, sobre todo, desde que la India decidió prohibirla para parejas homosexuales y solteros extranjeros en 2013.
En esta región mexicana, fronteriza con Guatemala, esta práctica se hace de forma altruista, sin remuneración económica para las gestantes más allá de sus gastos médicos.
Debido a la ausencia de legislación federal sobre maternidad subrogada, en febrero, la cancillería mexicana reconoció que tenía en trámite siete casos problemáticos con respecto a los pasaportes de bebés de parejas extranjeras que habían nacido de un vientre de alquiler en Tabasco.
La AFP reportó el caso de una pareja de españoles gays que estuvieron cerca de medio año sin poder salir de México por problemas con los papeles de sus mellizos, debido a que la pareja no quería registrar a la gestante como madre de los niños y las autoridades federales y españolas se negaron por meses a dar los papeles a los pequeños.