Joseph Blatter intentó rescatar su presidencia de la FIFA el jueves al declarar ante el comité de ética que él ayudó a crear. Cuya autoridad ahora no reconoce en su caso.
El suspendido presidente de la FIFA habría dicho a los cuatro magistrados que es inocente de las acusaciones, en su primera visita desde octubre a la sede del organismo que rige el fútbol mundial.
Blatter fue clave en la formación en 2012 de un comité de ética más duro e independiente y que, según afirma ahora, carece de competencia para destituir al presidente electo.
«Ahora ha vuelto para perseguirle», señaló esta semana a Associated Press Mark Pieth, exasesor anticorrupción de la FIFA.
Con una venda en el rostro, Blatter llegó a la sede de la FIFA poco antes de las 08.00 hora local (0700 GMT) en un vehículo manejado por un chofer, para la audiencia que comenzaría una hora después. Un vocero de Blatter, Thomas Renggli, dijo que el suizo se sometió a un procedimiento menor por un problema en la piel de su mejilla derecha.
A las 17.00, Blatter y su abogado principal Lorenz Erni salieron del edificio en el automóvil sin realizar ningún comentario.
Blatter podría ser sancionado de por vida si el veredicto de los jueces que se espera para principios de la semana que viene le declara culpable de soborno por aprobar un pago de 2 millones de dólares de la FIFA a Michel Platini en 2011.
Blatter también podría recibir una sanción de varios años por conflicto de intereses entre los dos veteranos dirigentes de la FIFA. O podría ser interrogado sobre la posible falsificación en cuentas de la FIFA.
En una entrevista con la televisión suiza el mes pasado, Blatter dijo que para un presidente de la FIFA resulta «humillante» que se le prohíba ejercer su puesto en su propio comité de ética. Agregó que el comité de ética que él introdujo tras una crisis de corrupción anterior no tiene autoridad para destituirle.
Sólo el Congreso de la FIFA o las federaciones miembros pueden expulsar a un presidente, dijo en esa ocasión Blatter.
En julio de 2012, la FIFA cambió el comité interno para vigilar las conductas poco éticos por un sistema bicameral de fiscales y jueces con libertad y financiamiento para iniciar casos.
Pieth dirigió un grupo de expertos anticorrupción y directivos del fútbol que asesoró a Blatter y a la FIFA para hacer reformas de modernización entre 2012 y 2014. No todas sus propuestas se aceptaron, pero el tribunal de ética de dos cámaras fue crucial.
«Debe decirse que (Blatter) fue el que lo impulsó en el Congreso», dijo Pieth, profesor de derecho en Suiza, en una entrevista telefónica. «Ése fue el momento en el que todos pensamos que iba en serio, al menos sobre la letra de los cambios».
Pieth describió las declaraciones recientes de Blatter sobre el tribunal con una «situación clásica» en la que líderes inmersos en acusaciones piden un trato especial.
«Da miedo cuando se dan la vuelta y dicen ‘se aplica a todo el mundo pero no a mí, porque yo soy el soberano»’, comentó Pieth, exinvestigador de Naciones Unidas.
Blatter se quejó sobre las competencias del comité a la agencia rusa de noticias TASS luego de que se le impusiera una sanción de 90 días.
«Pueden ser independientes, pero no tienen que serlo en mi contra», dijo en octubre, según le citó la agencia.
Blatter fue acusado por el comité de ética después de que el fiscal general suizo abriera un proceso penal en su contra por un supuesto «pago desleal» a Platini, que boicoteará su propia audiencia de ética el viernes.
El caso gira en torno a un pago de unos 2 millones de dólares de dinero de la FIFA en concepto de salario adeudado por su trabajo como asesor presidencial de Blatter entre 1999 y 2002.
Platini pidió un salario de un millón de francos suizos. Blatter ha dicho que el exjugador de la selección francesa tenía un contrato por 300.000 francos suizos, igual que su entonces secretario general, en línea con la estructura salarial de la FIFA. A eso se sumaba un «pacto de caballeros» de que recibiría el resto más adelante.
La ley suiza sólo obligaba a la FIFA a pagar el dinero aplazado en los cinco años siguientes al trabajo realizado, pero Platini, que para entonces era presidente de la UEFA, supuestamente pidió la compensación en 2010 y la recibió en febrero de 2011.
El momento del pago ha despertado sospechas, ya que se hizo meses antes de unas elecciones presidenciales en las que la UEFA instó a sus miembros a apoyar a Blatter contra el catarí Mohamed bin Hammam. Blatter terminó ganando sin oposición después de que Bin Hamman se viera implicado en un escándalo de sobornos relacionado con los votantes del Caribe.
Blatter también podría verse interrogado el jueves sobre acusaciones de contabilidad falsa porque la deuda de la FIFA con Platini no se reflejó en los informes financieros entre 2002 y 2011.
«La primera parte del pago está en las cuentas. La segunda no, pero no soy contable de la FIFA», dijo Blatter esta semana en una entrevista con el diario deportivo italiano Gazzetta dello Sport. «Y estuviera o no estuviera en las cuentas, era una deuda que había que pagar».
En otra entrevista con el periódico francés Liberation, Blatter dijo que se enfrenta a dos opciones de castigo: una sanción de por vida o una de dos años y una multa de 160.000 francos suizos (unos 161.000 dólares).
El directivo puede apelar ante la FIFA y el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS, por sus siglas en francés) y quiere limpiar su nombre antes de presidir el congreso electoral de la FIFA, fijado para el 26 de febrero en Zúrich.
«Puedo ir ante cualquier tribunal con la conciencia tranquila», dijo Blatter a Liberation.