Al atardecer, cuando el cielo se vuelve poco a poco rojo, miles de estorninos surcan el aire y se ponen ‘a bailar’ sobre Roma, creando fascinantes formas geométricas, mezclándose con las nubes.
Aunque, un ‘stormo di Storni’, como algunos medios italianos llaman el fenómeno, molesta a los ciudadanos, informan medios locales. Así, la pasada Nochebuena, algunas calles a lo largo del río Tíber fueron parcialmente cerradas debido a la enorme cantidad de excrementos de las aves, que las convirtió en caóticos deslizaderos, peligrosos para transeúntes y conductores.
Durante el día, las aves migratorias se alimentan de los olivares en las zonas rurales. Aunque por la noche, vuelven a Roma, donde el ambiente es más cálido y están protegidas de los depredadores. Mientras tanto, los videos y fotos de la impresionante ‘danza’ de los estorninos se han hecho virales en la Red.
No obstante, las autoridades romanas intentan elaborar diversas estrategias para que estas aves abandonen la ciudad: desde espantapájaros a sistemas electrónicos acústicos.