El propietario de la mina de yeso en la oriental provincia china de Shandong, que se derrumbó hace dos días con 29 trabajadores en su interior, se suicidó hoy mientras ayudaba en las labores de rescate, informaron autoridades locales.
Ma Congbo, presidente de Yurong, la empresa propietaria de la mina, se lanzó al agua y se ahogó mientras trabajaba junto a los equipos de rescate desplegados en la zona para intentar llegar a los 17 mineros atrapados.
Los rescatistas lograron este domingo hacer un agujero para acceder a una de las ubicaciones donde se encuentran los mineros para intentar enviarles agua y alimentos mientras consiguen rescatarlos.
El derrumbe, que ocurrió en el condado de Pingyi, en la ciudad de Linyi, en Shandong, fue de tal magnitud que generó un temblor equivalente al de un sismo de cuatro grados en la escala de Richter y fue detectado por el Centro de Redes de Terremotos de China.
Según el alcalde de Linyi, Zhang Shuping, más de 700 miembros de los equipos de rescate están trabajando para salvar a las 17 personas que siguen bajo tierra.
La prensa china ha publicado varias fotografías de campos de cultivo y carreteras con grietas provocadas por el hundimiento de la mina.
Este suceso se produjo cuando todavía está en marcha la operación de búsqueda de los desaparecidos en el desprendimiento de una montaña de escombros en la ciudad china de Shenzhen, al sur del país, que se produjo el pasado 20 de diciembre.
China y especialmente las regiones del norte del país tiene un largo historial de accidentes mineros, que provocan cientos de muertos cada año.
Según cifras oficiales, tan sólo el año pasado fallecieron 931 mineros en accidentes laborales, aunque algunas Organizaciones No Gubernamentales dudan de la fiabilidad de esas estadísticas, ya que aseguran parte de la siniestralidad no queda registrada.