Una artesa con la cabeza de un jaguar y una vasija adornada con la cabeza de un ave fueron extraídas este martes por científicos en la llamada «Ciudad Blanca«, un complejo arqueológico descubierto en una selva virgen de la zona de la Mosquitia, al este de Honduras.
Las dos piezas halladas en Caha Kamasa, Ciudad Blanca en dialecto misquito, fueron presentadas por el presidente Juan Orlando Hernández en un campamento en el aeropuerto militar rural en El Aguacate, departamento de Olancho, 220 km al este de Tegucigalpa.
En un discurso ante unas 200 personas, Hernández dijo que expertos de National Geographic y la estadounidense Universidad de Colorado han encontrado tres ciudades y las excavaciones empezaron en la más pequeña que fue bautizada en el proyecto como «Ciudad Jaguar».
El experto del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) Norman Martínez explicó a la AFP que en ese sitio se halló un acrópolis y dos plazas, entre otras construcciones, escondidas entre árboles frondosos que dificultan el acceso.
En un comunicado, el gobierno indicó que el proyecto «no solo se trata de desenterrar ciudades antiguas en medio de la jungla, sino de comprender y preservar su entorno ecológico, así como desentrañar las incógnitas sobre su civilización, lo cual implica el estudio antropológico de quienes la poblaron».
Uno de los expertos, Crist Fisher, manifestó en su discurso que la población pudo haberse establecido en esa zona entre los años 1000 y 1500 después de Cristo, pero que será en los próximos meses que podrán tener mejores aproximaciones, porque las investigaciones apenas empiezan.
El director del IHAH, Virgilio Parades, indicó que las tres ciudades pueden ser más de cuatro veces lo que es Copán, el parque arqueológico de los mayas situado a 400 km al noroeste de Tegucigalpa.
Copán deslumbra a los arqueólogos por sus estructuras de piedra que datan de 3000 años antes de Cristo hasta 900 de la era cristiana.
Ciudad Blanca había sido hasta ahora una leyenda, concebida como una enigmática civilización que se estableció en una época precolombina no precisada entre las profundidades de la llamada Amazonas de Centroamérica, la biosfera del Río Plátano, entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios.