El fenómeno climático de El Niño, que ha golpeado con una ola de calor y pocas lluvias a gran parte del territorio boliviano sobre todo a las zonas alto andinas, ya está en declive, informó el martes el Servicio de Meteorología.
La ciudad de La Paz, situada a 3.600 metros sobre el nivel del mar, registró el lunes 26,5 grados centígrados, la mayor temperatura de verano en 13 años; mientras que en la ciudad de Villamontes en el sureste el termómetro trepó a 46,6 grados, la marca más alta en 12 por el aire seco estacionado en gran parte del territorio, dijo a The Associated Press el meteorólogo Danilo Pomier.
La zona andina que abarca casi la mitad del territorio boliviano y concentra la mayoría de la población está afectada desde noviembre por un déficit de lluvias por causa de El Niño que trae sequía a las zonas altas e inundaciones a las tierras bajas.
Con El Niño, un patrón climático recurrente y variable, las aguas superficiales de una gran franja del Pacífico tropical se calientan y enfrían en comparación con los niveles normales afectando la distribución de precipitaciones en las zonas tropicales.
«Todavía es prematuro hablar de sequía mientras estemos en período lluvioso que abarca de noviembre a marzo, pero el déficit de lluvias es más pronunciado en algunas regiones del altiplano», dijo Pomier. Tampoco se han reportado por el momento inundaciones en las tierras bajas. «El Niño ha sido más intenso en noviembre y diciembre, ahora está menos pero cada El Niño es diferente».
Las autoridades, que habían anticipado inundaciones en las tierras bajas, ahora están más preocupadas por los efectos de la sequía en la agricultura y ganadería en las tierras altas y en el chaco boliviano al sur, y están movilizando ayuda a los afectados.
Los ambientalistas dicen que el fenómeno climático puede llegar a tener impactos mayores en los próximos dos meses.
El Centro Internacional de Investigación del Fenómeno de El Niño, con sede en Ecuador, anticipó en enero que el fenómeno estaba mostrando una evolución inédita y que se esperaba fuera el más fuerte desde 1950 en América Latina.
«El Niño ya ha cobrado su primera víctima. En diciembre el Lago Poopó, que era el segundo mayor lago boliviano (en el altiplano), se secó completamente. No sólo las poblaciones aledañas han perdido sus medios de subsistencia, también la flora y la fauna han sufrido daños todavía no contabilizados», dijo recientemente el informe privado Cambio Climático en Bolivia.