Dos menores figuran entre los muertos del tiroteo que se desató en una fiesta de 15 años en la violenta subregión mexicana de Tierra Caliente, en Guerrero (sur), informó este lunes la fiscalía estatal que redujo el número de fallecidos de once a nueve. El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, que el domingo había cifrado en once los muertos, pidió que sea el titular de la dependencia, Xavier Olea, quien se encargue «de manera personal» de investigar este caso, dijo la fiscalía estatal en un comunicado.
La balacera aparentemente se desató el viernes en la noche durante la fiesta de 15 años -una de las más tradicionales de México– en un domicilio particular en el poblado de Cundancito, perteneciente al municipio de Coyuca de Catalán, una zona serrana de Guerrero fronteriza con el convulso estado de Michoacán (oeste).
Elementos del Ejército, la Policía Federal, la de Guerrero e investigadores de la fiscalía estatal se trasladaron a la remota comunidad y encontraron los cuerpos de siete hombres, de 50, 43, 42, 31, 29, 21 y 18 años, y dos menores de edad.
En el suelo también hallaron diversos casquillos de calibre .40, .223 y 7.62×39, precisó la fiscalía.
El gobernador Astudillo había dicho que, cuando el sábado en la noche los agentes trataron de llegar al lugar en varias patrullas, «fueron recibidos a balazos» pero no reportó heridos o bajas del lado de las fuerzas de seguridad.
La fiscalía de Guerrero, que ahora analiza muestras de los cuerpos, también dijo que encontró dos camionetas abandonadas sobre la carretera cercana al pueblo en las investigaciones del caso.
Además de este crimen, también en las inmediaciones de Coyuca de Catalán, una pareja fue atacada a tiros el domingo por personas armadas mientras viajaba en su carro hacia el puerto turístico de Zihuatanejo.
La mujer, de 29 años, resultó gravemente herida y murió en un hospital del municipio por los impactos de bala, añadió la fiscalía.
Con uno de los índices más altos de homicidios y secuestros de México, Guerrero ha sido víctima en los últimos meses de una escalada de violencia en sus zonas montañosas, donde operan varios cárteles de la droga que cultivan amapola y acopian goma de opio.
Guerrero, también uno de los estados más pobres de México, es la región en la que desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.