Los contagios por coronavirus se dispararon en Alemania a un nuevo máximo de 16.774 en las últimas 24 horas, con 89 muertos más en un día, mientras el número de casos activos asciende en tanto a alrededor de 131.500.
Así, según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología actualizados la pasada medianoche, el total de positivos desde que se dio a conocer el primer contagio en el país a finales de enero se sitúa en 481.013, con 10.272 muertos.
En tanto, alrededor de 339.200 personas han superado la enfermedad.
Aumento de casos
El conjunto de Alemania, la incidencia sigue aumentado hasta los 93,6 casos por cada 100.000 habitantes en siete días, según el informe diario del RKI difundido ayer por la tarde.
Desde inicios de septiembre, vuelve a aumentar también el porcentaje de casos de covid-19 entre personas mayores, advierte el instituto.
Así, la incidencia se situaba ayer en las personas mayores de 60 en 59,3 casos por casa 100.000 habitantes en siete días.
Además, la cifra de pacientes con coronavirus en las unidades de cuidados intensivos aumentó en más del doble en las últimas dos semanas de 602 el 14 de octubre a 1.569 ayer.
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El factor de reproducción (R) menos estable, basado en una comparativa que refleja la evolución de contagios de hace aproximadamente una semana y media, se sitúa en 1,03, según el informe diario del RKI difundido el domingo por la tarde.
Mientras, el factor R más estable, basado en una comparativa que refleja la evolución de contagios de hace 8 a 16 días, está en 1,17.
El ministro de Sanidad, Jens Spahn, defendió en tanto el parón de la vida pública decretado ayer en todo el país -más suave que el de la primavera pasada- que entrará en vigor el próximo lunes.
"Sencillamente no quiero esperar a que las unidades de cuidados intensivos estén abarrotadas", subrayó el ministro, quien se encuentra en casa en cuarentena tras dar positivo la semana pasada.
En una entrevista telefónica con la cadena pública WDR reconoció que el cierre de la gastronomía es un duro golpe para los negocios, pero en algún sector hay que reducir contactos si se quieren mantener abiertas guarderías y escuelas, subrayó.
"No queremos introducir un estado policial", afirmó, y dijo confiar en la comprensión de la población, ya que, agregó, no hay ningún modo eficaz de control.
El gobierno federal y de los estados federados consensuaron ayer ante el drástico aumento de nuevos contagios el cierre en noviembre de bares y restaurantes, así como del ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados, pero permitir en la medida de lo posible la actividad escolar y el comercio. EFE