Más de 340 niños refugiados y migrantes han muerto desde septiembre de 2015 al intentar cruzar el Mediterráneo, informó hoy el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). Acnur suministró la información en una declaración conjunta con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Alrededor de dos niños, muchos de ellos bebés, mueren ahogados diariamente en el pasaje marítimo que separa a Turquía de Grecia. Las agencias advirtieron que el número de muertes de niños va en aumento y que podría ser aún mayor.
«No podemos desviar la mirada de la tragedia de tantas jóvenes vidas inocentes y tantos futuros perdidos ni podemos no abordar los peligros que muchos niños más están enfrentando», dijo en una declaración el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
«Es probable que no tengamos en este momento la capacidad para poner fin a la desesperación que hace que tantas personas traten de cruzar el mar, pero los países pueden y deben cooperar para que estas peligrosas travesías sean más seguras. Nadie pone a un niño en un barco si dispone de una opción más segura», agregó.
Con la muerte de 411 personas en el este del Mediterráneo desde principios de 2016, las agencias señalaron que los embravecidos mares de invierno, la sobrecarga y la mala calidad de las embarcaciones y del equipo salvavidas están haciendo que el viaje sea considerablemente más peligroso.
«Contar vidas no es suficiente. Tenemos que actuar», dijo el director general de la OIM, William Lacy Swing.
«Este no es sólo un problema mediterráneo ni sólo europeo. Es una catástrofe humanitaria que exige la participación de todo el mundo», dijo.
