El Kremlin defendió este martes el silencio de los grandes medios rusos en el caso de una mujer que fue detenida en Moscú cuando se paseaba con la cabeza decapitada de una niña. Las imágenes fueron difundidas por algunas cadenas independientes pero las grandes cadenas nacionales no mencionaron el caso.
«Por lo que sabemos las cadenas decidieron no mostrar esta horrible tragedia», dijo el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov. «Sólo puedo expresar mi solidaridad con la decisión de las cadenas porque probablemente es algo demasiado monstruoso para enseñarlo en televisión», añadió.
La muerte de Nastia, una niña de tres o cuatro años, ha traumatizado a los moscovitas, que este martes dejaron flores en la estación de metro donde el lunes apareció su niñera, vestida de negro, con la cabeza en la mano y gritando que iba a hacerse explotar.
Según la policía, la mujer decapitó a la niña, que tenía problemas de aprendizaje, en el cercano apartamento de la familia, en el noroeste de Moscú. Luego prendió fuego a la casa y salió a la calle.
La mujer fue detenida cuando se paseaba con la cabeza gritando «¡Alá es grande!» y está siendo examinada por psiquiatras, indicaron los investigadores.
Según algunos medios, la sospechosa es Gyulchekhra Bobokulova, una musulmana de Uzbekistán que tiene tres hijos de unos 30 años y sufre psicosis.
El caso ha movilizado a los moscovitas, que el martes dejaban flores, juguetes, chocolatinas y globos en la entrada de la estación de metro de Oktyabrskoye Pole.