La extensión de contrato por dos años firmada por Tom Brady con los Patriots de Nueva Inglaterra le dará al veterano quarterback una bonificación de 28 millones de dólares y añade 41 millones a su contrato si juega hasta su conclusión.
Aunque Brady ganará solamente 1 millón de dólares en salario base la próxima campaña y en la de 2017, las bonificaciones aumentarán su impacto en el tope salarial de 14 millones en cada una de esas campañas. Su salario base para el 2018 y el 2019 será 14 millones, con impactos de 22 millones en cada una, aunque Brady, de 38 años, muy probablemente va a renegociar esos acuerdos también, si sigue jugando.
Brady, que dice que quiere jugar pasados los 40, ha restructurado su contrato varias veces en su carrera, en la que Nueva Inglaterra ha ganado cuatro Super Bowls y él dos premios de Jugador Más Valioso de la NFL.
La principal razón para reducir el salario de Brady es rebajar lo que él le costará a los Patriots contra el tope salarial. Pero Brady pudiera además enfrentar la reinstauración de su suspensión por cuatro juegos por el escándalo de balones desinflados del partido por el cetro de la Conferencia Americana en el 2014. Si eso sucede, perdería menos de 250.000 dólares en salario.
Con la nueva extensión, Brady es ahora 14to entre los quarterbacks en dinero garantizado, por debajo de los ganadores de Super Bowls Eli Manning, Aaron Rodgers, Ben Roethlisberger, Drew Brees, Russell Wilson y Joe Flacco. También está debajo de Matthew Stafford, Tony Romo y Jay Cutler, ninguno de los cuales siquiera ha llegado al partido titular.