Estados de ánimos opuestos, delatores de su reciente desempeño y respectivos objetivos en el horizonte, marcan la disposición de Barcelona y Arsenal en la previa de su enfrentamiento de la Liga de Campeones del miércoles, por la vuelta de los octavos de final, en el feudo catalán.
El resultado de la ida disputada en Londres, con marcador favorable al Barsa por 2-0 con doblete del argentino Lionel Messi, sin duda también pesa en la alicaída moral de un Arsenal en plena crisis existencial, más aún tras su eliminación de la Copa FA el domingo, al perder 2-1 de local con el modesto Watford.
El soleado reinado de Messi, en tanto, alumbra el panorama de los barcelonistas, que comandan la liga española con ocho puntos de ventaja sobre el escolta Atlético de Madrid y 12 respecto al Real Madrid, cuando apenas restan nueve fechas para la conclusión del campeonato.
El objetivo del club azulgrana es volver a coronarse en el torneo doméstico además de en la Champions, donde se convertiría en el único campeón capaz de revalidar su título, desde que la máxima competición continental adoptara su nuevo formato en lugar de la expirada Copa de Europa.
Mientras el Arsenal cuestiona la continuidad del técnico Arsene Wenger tras 20 años al timón, pero con pobre balance en la última década, la ambición desborda en Barcelona, donde el plantel de Luis Enrique acapara demostraciones de poderío, la última una goleada 6-0 al Getafe, y otea una cascada de récords por derribar.
Invicto en sus últimos 37 cotejos disputados, el equipo azulgrana tiene a tiro la marca de 43 sin perder de la Juventus en la campaña 2011-12. En liga, hilvana 12 victorias seguidas con aplastante balance goleador de 44 tantos a favor y solo siete en contra; y en la Champions no dobla la rodilla en su estadio desde el 1 de mayo de 2013, cuando perdió 3-0 con el Bayern Munich, aunque entonces sin el concurso de Messi.
En total, el Barsa, ha ganado sus últimos nueve partidos europeos de local, igualando un récord del club y acercándose a la mejor cifra continental, propiedad del Manchester United: 12 entre 2006 y 2008.
El tridente formado por Messi, Neymar y el uruguayo Luis Suárez acumula ya 103 dianas en la temporada y el Barsa apenas sufre en defensa, donde no podrá formar Gerard Piqué por sanción, independientemente de que el arco lo ocupe el chileno Claudio Bravo o el alemán Marc-André ter Stegen, habitual titular en Champions.
«El 2-0 es un buen resultado, pero no significa que estemos clasificados. Ellos son capaces de remontar. Tenemos que jugar como siempre, sin miedo», subrayó el martes Ter Stegen, despreocupado de los recientes problemas en los lanzamientos de penal de Messi, que falló otra pena máxima el sábado. «Leo es el mejor del mundo y hacemos todo lo posible para que esté bien y se coloque. Cuando tiene el balón, no hay que hablar más».
La montaña parece pues insuperable para el Arsenal, que marcha tercero en la liga Premier, a 11 puntos de distancia del sorpresivo líder Leicester y presenta una foja de cuatro derrotas en sus últimos siete partidos en todas las competiciones.
Pero, pese a contar prácticamente con todos los elementos de cara, el técnico barcelonista mantiene la tensión alta en la víspera.
«El primer resultado no cambia nuestra preparación. La eliminatoria está abierta y sabemos que tendremos que hacer un gran partido. Nos presionarán alto y debemos controlar sus transiciones para que no nos ganen la espalda en defensa», especificó Luis Enrique, con mención aparte para el chileno Alexis Sánchez, quien antes de emigrar a Londres registró 47 goles en 141 encuentros con el Barsa. «Aquí mejoró conceptos. Es difícil de parar y vendrá estimulado. Habrá que vigilarlo».
Pese a lo improbable de una remontada, el choque del Camp Nou es un partido a todo o nada para los «Gunners», ya eliminados de la copa y con la Supercopa doméstica en las vitrinas del Manchester City.
«Sé que he dado lo mejor de mí a este club. El fútbol no me debe nada, y yo mucho. Jugaremos con pasión y compromiso, intentando demostrar nuestro talento», declaró con cierto aroma nostálgico Wenger, quien no podrá contar con hombres destacados como Aaron Ramsey, Tomas Rosicky, Jack Wilshere, Alex Oxlade-Chamberlain o el arquero Peter Cech, a quien sustituirá el colombiano David Ospina.
«Vamos a enfrentar excelentes jugadores, pero nosotros también los tenemos y vamos a respetar nuestro plan. Tenemos que salir al ataque», subrayó Ospina.
Wenger sin duda necesitará de la mejor versión de Sánchez, así como el ex madridista Mesut Oezil, demasiado irregular en sus prestaciones en la mediapunta, para lograr la proeza de clasificar a cuartos por primera vez desde 2010.
El Barsa, en cambio, es un regular en ese boleto, que ha sellado en las pasadas ocho ediciones. En tres de ellas acabó levantando la copa, aunque nunca de forma consecutiva, como ahora pretende.