La Casa Blanca considera la posibilidad de que el presidente Barack Obama visite la ciudad de Hiroshima cuando viaje a Japón para asistir a la cumbre del G7 a fines de mayo, dijo un funcionario del gobierno a la AFP este miércoles. El funcionario, que pidió el anonimato, dijo que la agenda de Obama durante su visita al país asiático aún no está terminada pero que no se descarta una visita a la ciudad.
Hiroshima fue destruida por una bomba atómica estadounidense el 6 de agosto de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
La próxima cumbre del G7, que reúne líderes de las siete grandes potencias económicas (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), tendrá lugar a fines de mayo en la prefectura de Mie (centro de Japón).
En 2008, la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó Hiroshima, convirtiéndose en la más alta representante estadounidense en ir hasta la fecha a ese lugar.
Japón ha insistido en que los líderes del mundo visiten las ciudades de Hiroshima y Nagasaki para que vean los horrores que dejaron los ataques nucleares y unan esfuerzos para erradicar los programas nucleares.
El portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga, prefirió no hacer comentarios sobre la eventual visita de Obama, pero reiteró la postura de Tokio al respecto: «El gobierno llamó siempre a los líderes del mundo a visitar Hiroshima y Nagasaki para que ellos mismos vean la realidad de los bombardeos atómicos».
«Creemos que es importante para promover un impulso internacional para alcanzar un mundo sin armas nucleares», añadió.
La Casa Blanca tomará la decisión final sobre la eventual visita de Obama luego de que el secretario de Estado, John Kerry, asista a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores en Hiroshima el 10 y 11 de abril, previa a la cumbre.
La Segunda Guerra Mundial terminó con la capitulación de Japón a mediados de agosto de 1945, tras los ataques de Estados Unidos sobre Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto), que dejaron unos 140.000 y 74.000 muertos respectivamente.