Klay Thompson acumula la friolera de 80 puntos en los últimos dos encuentros. Pero sus compañeros tienen algo que reprocharle: en ese mismo lapso ha entregado apenas una asistencia.
«Está acaparando el balón», dijo en broma Stephen Curry.
Pero todos se muestran felices de entregárselo. Mientras la puntería del escolta siga así, los Warriors tienen posibilidades de lograr la mejor campaña en la historia.
Thompson anotó 40 puntos por segundo encuentro seguido, algo que jamás había conseguido en su carrera, y Golden State doblegó el domingo 117-105 a los 76ers de Filadelfia.
Draymond Green aportó su duodécimo «triple doble», la mayor cifra de la franquicia, al totalizar 13 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Curry ayudó con 20 unidades y ocho asistencias, y Golden State (66-7) siguió delante del ritmo que llevaban los Bulls de Chicago en la temporada 1995-96, cuando impusieron un récord con 72 victorias.
Después de 73 encuentros, Chicago tenía una foja de 65-8.
Incluso Curry, quien no suele desdeñar la oportunidad de disparar, le está cediendo la pelota a Thompson. Le lanzó algo más: agua durante la celebración posterior al partido.
«Yo les decía a mis compañeros, ‘¿pueden darme una asistencia? Sólo atraparé el balón y dispararé», comentó Thmpson. «Me estaban haciendo pedazos después de lo conseguido en los últimos dos partidos, 80 puntos y una asistencia. No sé si eso se ha logrado alguna vez».
El reservista Marreese Speights totalizó 17 tantos y siete rebotes para que los Warriors hilvanaran su 53ra victoria seguida en campaña regular dentro de la Oracle Arena. En esta temporada, han conseguido 35 victorias consecutivas en casa.
También por los Warriors, el brasileño Leandro Barbosa interceptó seis rebotes y anotó un par de puntos.
Carl Landry anotó 22 puntos por los 76ers, el peor equipo de la NBA, que perdieron su noveno compromiso en fila.