Grace Gelder es una mujer residente de Devon, al sur de Inglaterra, que acaba de casarse con ella misma en un acto de amor propio, tras haber pasado los últimos seis años de su vida soltera.
Al no tener una pareja, la chica ocupaba su tiempo libre en actividades de su agrado, como la meditación y la danza, mismas que la llevaron a conocerse emotiva y mentalmente.
Y como suele suceder con las personas que pasan un largo periodo con ellas mismas y lo aprovechan para crecer a nivel personal, un día se dio cuenta que quizá había estado evitando las relaciones.
Al parecer, tampoco se sentía atraída por la idea de mantener una relación sentimental con alguien, y eso lo descubrió con ayuda del autoconocimiento.
«Yo era consciente de que no quería entrar en una relación con otra persona, eso significaba trabajo duro y rutina. Por ello, decidí rendir homenaje a mi nuevo periodo vital. No hay nada mejor que uno mismo», explicó Grace.
Así, tomó la decisión de contraer matrimonio con ella misma, aunque por supuesto esto no tiene validez legal. La situación fue, cuanto menos, surrealista, pues la chica no escatimó en gastos para el vestido y los anillos.
En cuanto a los invitados, la ceremonia significó un momento especial y una oportunidad para reflexionar sobre el amor y el compromiso que culminó con la protagonista besando un espejo.
«Envié un correo electrónico a los invitados sin pensar cuantas personas podrían aparecer. Así que no podía creer que hubiera casi 50 personas presentes».