El cardenal estadounidense Raymond Burke, líder del sector conservador de la Iglesia católica, desdeñó la exhortación apostólica que Francisco acaba de publicar y se opone al acceso según el caso y autorizado por el papa a la comunión para los divorciados que se vuelven a casar.
«Se trata de una simple reflexión personal», lamentó el cardenal Burke en un comentario para la página católica estadounidense National Catholic Register.
Recibido por la prensa como un documento revolucionario, por su apertura «en algunos casos» a los divorciados que se vuelven a casar, la exhortación de Francisco sobre la familia, Amoris Laetitia, no ha gustado a los sectores más conservadores de la Iglesia católica.
«No es un documento magistral», es decir que no atañe el magisterio de la Iglesia, pese a que la exhortación firmada por el pontífice es el fruto de dos consultas a los obispos de todo el mundo, recalca indignado el purpurado.
Por su parte la revista estadounidense ultraconservadora Foreign Policy, criticó la forma en que Francisco impone sus criterios para lograr con un estilo inocente sus objetivos «liberales» como papa, sostiene la publicación.
«Es un verdadero ideólogo», «un dictador», «sospechosamente humilde», sostiene la revista.
«Influenciado por la idea peronista, de Argentina, gobierna la Iglesia Católica Apostólica Romana con una pasión idiosincrática y un compromiso disciplinado a una agenda con una verdadera ideología. Y la Amoris Laetitia es el ejemplo más claro hasta hoy», escribió Steve Skojec para Foreign Policy.
Presentada el viernes a la prensa, la «exhortación apostólica» de Francisco, de 260 páginas, fija las líneas de la Iglesia sobre la familia, el amor y el matrimonio.
Con su característico estilo de escritura claro y directo, Francisco reitera los principios de su papado: menos rigidez ante la doctrina y disponibilidad para escuchar, criticando duramente a esos pastores con «corazones cerrados que se esconden detrás de las enseñanzas de la Iglesia para sentar cátedra» ante los casos difíciles y «las familias heridas».
En las notas al pie página, de manera discreta pero que genera muchos cambios, el papa argentino invitó a los obispos a estudiar «caso por caso» la posibilidad de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente.
Esa apertura es la que suscita malestar entre los conservadores.