Las autoridades exhortaron a los residentes a tomar precauciones en la parte rural del sur de Ohio mientras el sábado se reanudaba la búsqueda de la persona que mató a disparos a ocho familiares en cuatro sitios distintos, entre ellas una madre en su cama que tenía cerca a su hijo de 4 días de nacido.
Los investigadores entrevistaron a más de 30 personas con la esperanza de encontrar pistas sobre la muerte de siete adultos y un joven de 16 años de edad, cuyos cuerpos fueron encontrados el viernes en hogares al suroeste de Piketon.
Las autoridades afirmaron que todos fueron baleados en la cabeza y que parecía que algunos fueron asesinados mientras dormían. El recién nacido y otros dos niños pequeños salieron ilesos de los ataques.
Las autoridades no identificaron a las víctimas, pero dijeron que eran miembros de la familia Rhoden. Los investigadores dijeron que no había indicios de que alguna de las víctimas se hubiera suicidado, por lo cual consideran que al menos un atacante está prófugo.
Hasta el momento se desconoce el motivo, afirmaron las autoridades, pero exhortaron a los sobrevivientes de la familia Rhoden a tomar precauciones. El jefe de policía del condado de Pike, Charles Reader, también recomendó a los residentes tomar precauciones adicionales.
«Es una cuestión de seguridad pública, en particular para cualquiera de la familia Rhoden«, dijo el procurador estatal Mike DeWine.
Reader afirmó la noche del viernes que las autoridades se habían reunido con más de 100 parientes y amigos de la familia Rhode en una iglesia.
DeWine negó una versión de que entre los interrogados había un posible involucrado.
Las primeras tres viviendas en donde fueron hallados los cuerpos están dentro de un tramo de unos tres kilómetros (dos millas) de carretera poco poblada, mientras que el octavo cuerpo, de un hombre, se encontró en una casa más alejada.
Las autoridades no dieron a conocer información sobre qué tipo de armas ni cuántas se pudieron haber utilizado, o si algo había desaparecido de las viviendas.
El gobernador John Kasich, que se encuentra en Pennsylvania en su campaña por la candidatura presidencial republicana, dijo que su oficina monitorea la situación.
El FBI en Cincinnati dijo que también sigue de cerca la situación y ofreció ayuda a la policía del condado Pike en caso de ser necesario.
Pike, a unos 130 kilómetros (80 millas) de Cincinnati, tiene unos 28.000 habitantes, más de un cuarto de los cuales viven en pobreza. La zona es sede de una planta de uranio de la época de la Guerra Fría, la cual fue cerrada en 2001 y en la que aún se realizan trabajos de limpieza.