Donald Trump extendería el martes su liderazgo en la carrera presidencial republicana a una serie de primarias en la Costa Este de Estados Unidos, pero una contienda complicada en Pensilvania, el estado más importante de la jornada, pondrá a prueba al equipo de su campaña recientemente reorganizada.
El estado usa el tipo de reglas complejas que Trump ha criticado en varias ocasiones, diciendo que los resultados están «amañados» y que lo forzaron a reorganizar este mes a su equipo de campaña para competir mejor con su principal rival, Ted Cruz, por los 1.237 delegados necesarios para ganar la nominación republicana a las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
«Es casi tan fraudulento como Hillary Clinton», sostuvo Donald Trump el lunes en un evento de campaña en West Chester, Pensilvania, en un ataque tanto a las reglas de las primarias republicanas a la precandidata favorita de las primarias demócratas.
Sólo 17 de los 71 delegados republicanos en juego en Pensilvania el martes serán asignados al aspirante que gane la primaria. El resto, personas elegidas directamente por los votantes, son agentes libres que pueden respaldar a quienquiera que escojan en la Convención Nacional Republicana en julio.
Pensilvania y otros estados que sostienen primarias el martes -Maryland, Delaware, Rhode Island y Connecticut- son terreno favorable para Trump. Los sondeos muestran su ventaja en los cinco estados, lo que llevó a Cruz y a John Kasich, el tercer republicano en la carrera, a anunciar una alianza anti Trump.
Donald Trump ha perdido la batalla por los delegados en primarias estatales anteriores donde había logrado ganar en el voto popular, lo que encendió señales de alerta en su equipo de campaña. El 7 de abril, anunció que reorganizaría a su campaña para enfocarse más en estrategia de delegados y convenciones.
Por el lado demócrata, Hillary Clinton también parece encaminada a fortalecer su liderazgo sobre el senador Bernie Sanders en las contiendas del martes.