Un tribunal de Tokio determinó el lunes que las obras con forma de vagina creadas por una artista japonesa son arte mientras estén exhibidas, pero la halló culpable de obscenidad por distribuir datos digitales que pueden usarse para recrear de forma tridimensional y más realista sus genitales.
El Tribunal de Distrito de Tokio condenó a Megumi Igarashi, conocida también como Rokudenashiko («chica buena para nada», en japonés), a pagar una multa de 400.000 yenes (3.700 dólares) por la distribución ilegal de datos con una imagen escaneada de su vagina para que pueda imprimirse en 3D, explicaron sus abogados.
La corte dijo que los tres ornamentos con forma de vagina exhibidos, decorados y pintados de colores brillantes no parecen piel a primera vista y tampoco sugieren de inmediato los genitales femeninos, por lo tanto no fueron considerados obscenos, informó el abogado de la artista. El fallo explica, sin embargo, que la imagen escaneada de la vagina de la artista, aunque son datos planos e inorgánicos, representan algo realista y podría despertar sexualmente a los espectadores.
Los ornamentos con forma de vagina fueron exhibidos en una sex shop en Tokio, pero no estaban a la venta, de acuerdo con Mayuko Nakamori, uno de los abogados de Igarashi.
Igarashi fue acusada por exponer sus obras en la tienda de artículos eróticos en Tokio y por distribuir los datos en discos en 2013 y 2014.
La artista también es conocida por un kayak-vagina. Ella dice que es una obra de arte que emplea la vagina como su motivo y no una obscenidad. Su abogado dijo que la distribución de discos con los datos digitales era para recaudar fondos para el kayak.
A pesar de su lucrativa industria de cine para adultos y la tolerancia a la exposición de mujeres con poca ropa en anuncios en el transporte público, la ley de obscenidad de Japón prohíbe la exhibición pública de los geniales en sí.