El requerimiento de Utah de que los fetos reciban anestesia o analgésicos antes de algunos abortos -primer estado que lo exige- entró en vigencia el martes, pero los médicos dicen que es innecesario e imposible cumplirlo.
La ley exige la aplicación de alivio analgésico a un feto antes de cualquier aborto con 20 semanas de gestación o más, con base en una premisa sin comprobar de que el feto puede sentir dolor en esa etapa.
Los médicos dicen que tal alivio al dolor no tiene sentido y que no existe información científica ni médica que establezca cómo se supone que deben administrarlo.
«El dolor no existe, así que no lo puedo hacer desaparecer», dijo David Turok, del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Utah.
Ellos esperan que las medidas que ya toman para aliviar el dolor de una mujer durante un aborto sean suficientes para cumplir la ley.
El gobernador firmó la medida este año después de que algunos legisladores argumentaron que la posibilidad de que el feto pudiera sentir agonía hacía que fuera importante actuar.
«Si una criatura puede sufrir dolor, nosotros tenemos la obligación de proteger a esa criatura», dijo el senador republicano Curt Bramble, quien patrocinó la ley.
No se ha presentado ninguna impugnación jurídica sobre la ley, pero proveedores de servicios de aborto y activistas defensores de esta práctica dijeron que esto se debe quizá a que ninguna paciente que haya intentado realizarse un aborto ha sido obligada a someterse a ningún tipo nuevo de anestesia o tratamiento analgésico.
Las mujeres que se realizan un aborto después de 20 semanas de gestación tienen cuando menos una sedación moderada, pero no existe ninguna información científica ni estándar médico para eliminar dolor sentido por un feto, dijo la doctora Leah Torres, una gineco-obstetra de Salt Lake City.
Torres acudió a legisladores, a la oficina del gobernador y a la del procurador general en busca de una explicación sobré qué tratamiento se supone que debe aplicar bajo la nueva ley. La doctora dijo que le recomendaron que consultara un abogado.
«No tengo opción más que cruzar los dedos y esperar que lo que estoy realizando ahora cumpla la ley, porque no sé de qué están hablando», comentó.