El delantero internacional uruguayo del Barcelona Luis Suárez ha afirmado que «hubo posibilidades» de haber recalado en el Real Madrid, pero precisó que «cuando se metió» el equipo azulgrana, ya no quiso «escuchar nada más».
«Hubo posibilidades, pero cuando se metió el Barcelona no quise escuchar nada más. Cuando pasó lo del Mundial, el Barcelona fue el que me apoyó y siguió contando conmigo», dijo Suárez en una entrevista en el programa Universo Valdano de la cadena BeIN Sports.
Sobre su llegada al Barcelona, Luis Suárez comentó: «Recuerdo que en una entrevista antes de ir al Mundial, en mayo de 2014, me preguntaron si había posibilidades de que fuera al Barcelona. Yo dije que por mi forma de jugar y mis características era imposible. Cuando se presentó esa posibilidad me quedé sorprendido y pensé que no podía perderla».
«Era mi sueño. Barcelona era la ciudad que nos separó a mí y a mi mujer. Mi primera hija nació acá. Era todo redondo», agregó.
Sobre su relación con el argentino Leo Messi y el brasileño Neymar, junto a los que conforma el tridente atacante del Barcelona, Suárez dijo: «Mucha tente cree que es actuado, pero es amistad pura porque es amistad de cero envidia, de cero complejos de nada. Nos llevamos bien tanto dentro como fuera de la cancha. Nos hablamos mucho, nos aconsejamos mucho, y a este nivel es difícil aceptar consejos de otro».
«Juego en el Barcelona, que es lo que siempre quise. Estoy con los mejores del mundo. He ganado la Champions, la Liga… Poder contarle a mis hijos y a mis nietos que he jugado junto al mejor jugador de la historia va a ser algo único para mí», dijo sobre Leo Messi.
Luis Suárez también recordó sus comienzos: «Pasé muchas dificultades de chico y nadie me regaló nada. Tardaba una hora a un partido o un entrenamiento, o caminaba durante 40 minutos con 9 o 10 años. A veces iba dos hora y media antes a un entreno porque no tenía dinero para pagar el autobús».
También recordó cuando mordió antes al defensa italiano Giorgio Chiellini en el hombro izquierdo durante un forcejeo entre ambos en la última jornada del grupo D del Mundial de Brasil que enfrentó a Italia y a Uruguay en Natal. «Ya lo admití, aunque al principio no quería ver la realidad», dijo.
«Lo que más me duele es la forma en la que se me trató. Decirme que tenía que irme del Mundial, suspenderme 9 o 10 partidos o cuatro meses, no entrar a un campo de fútbol… Era doloroso cuando me preguntaba mi hija que por qué no podía jugar. Soy privilegiado por haber revertido esa situación», comentó.