La policía griega evacuó el martes a centenares de migrantes del campo de Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde desde hace meses se hacinan miles de personas que huyen las guerras y la miseria.
La operación empezó al amanecer y, hacia las 15H30 locales (12H30 GMT), unas 1.500 personas, de las 8.400 instaladas en el campo, habían sido trasladadas en autobuses hacia centros de acogida en Salónica, unos 80 km al sur.
«Todo está saliendo bien, gracias a Dios. Incluso mejor de lo esperado», dijo a la AFP una fuente policial en Atenas.
El superpoblado y caótico campo de Idomeni se convirtió en símbolo de los padecimientos de centenares de miles de personas que huyen de países de Medio Oriente, Asia y África y confrontan a Europa a su peor crisis migratoria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los medios tienen vedado el acceso a la zona por barreras policiales instaladas a tres kilómetros del campo, exceptuando los equipos de la televisión pública Ert 1 y de la agencia estatal ANA, que mostraron imágenes de migrantes esperando el traslado.
Algunos saludaban hacia las cámaras y muchos llevaban sus pertenencias en bolsas de basura o las apilaban en carritos de niños, bajo la vigilancia a cierta distancia de policías de uniforme azul y cascos blancos.
Las autoridades indicaron que darían prioridad a menores solos o a familias monoparentales.
Un invierno extenuante
La evacuación se produce después de un invierno con lluvias gélidas que convirtieron al lugar en un lodazal y de varias tentativas de forzar los pasos fronterizos, que condujeron a enfrentamientos con la policía de Macedonia.
La ola migratoria también provocó tensiones con los agricultores y perturbaciones en el tráfico ferroviario hacia el norte de Europa, a causa de cortes de vías durante manifestaciones de protesta de los refugiados.
«Estaban cansados, probablemente se dieron cuenta de que la frontera no se abriría y las últimas lluvias colmaron la medida», dijo la fuente policial.
Según la policía local, unos 100 migrantes decidieron no ir a los centros de acogida y se dirigían a Salónica a pie.
Las organizaciones humanitarias denunciaron en varias ocasiones las deplorables condiciones sanitarias y de seguridad del lugar.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) anunció el envío de personal suplementario para ayudar en el proceso de evacuación.
«Es importante que los desplazamientos organizados sean voluntarios, no discriminatorios y que los individuos dispongan de informaciones sobre sus opciones», dijo el portavoz de la Acnur en Ginebra, Adiran Edwards.
Idomeni fue abierto el año pasado por grupos humanitarios para acoger a un máximo de 2.500 personas en su camino hacia Europa central o septentrional.
Pero llegó a albergar a más de 12.000 -principalmente sirios, iraquíes, iraníes y del Magreb-, después de que los países de los Balcanes cerraran en febrero sus fronteras para frenar el constante paso de columnas humanas por sus territorios.
En las últimas dos semanas, 2.500 personas ya aceptaron marcharse y cerca de 800 los imitaron el domingo y el lunes, cuando ya circulaban rumores sobre la inminencia de la evacuación.
El portavoz del servicio griego de coordinación de la crisis migratoria, Giorgos Kyritsis, indicó que la operación podría llevar unos diez días. En declaraciones a Ert 1, acortó ese plazo a «una semana».
Funcionarios griegos dijeron que los centros de acogida instalados hasta el momento en una antigua zona industrial cerca de Salónica podían recibir hasta 6.000 personas.
Muchos migrantes son mujeres y niños desesperados por reunirse con sus esposos o padres que habían partido antes, pagando a traficantes, con la esperanza de instalarse en algún país de la Unión Europea con mejores perspectivas económicas que la endeudada Grecia.
El gobierno de izquierda del primer ministro griego Alexis Tsipras trata desde hace meses de persuadir a los migrantes de abandonar Idomeni e insiste en hacer frente a la crisis evitando en lo posible el recurso a la fuerza.
Según datos oficiales de Atenas, unos 54.000 migrantes se hallan actualmente bloqueados en Grecia.
En lo que va del año, 190.000 migrantes y refugiados llegaron por mar a Europa, por las costas de Italia, Grecia, Chipre y España, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Otras 1.359 lo hicieron por vía terrestre.