Una patóloga veterinaria trataba el lunes de determinar la causa de la muerte de una ballena joven descubierta en la proa de un barco crucero que ingresaba en un puerto de Alaska.
La causa de la muerte de este ejemplar de rorcual, una especie en peligro de extinción, no era evidente de momento, y el cadáver fue advertido poco después de las 5 de la mañana del domingo en el bulbo de proa del barco Zandam, de la empresa Holland America Line, cuando se disponía a atracar en Seward.
El cuerpo de la ballena fue remolcado hasta una playa cerca de Seward, dijo el lunes la portavoz Julie Speegle, de la sección de pesca de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés).
La patóloga veterinaria Kathy Burek comenzó la necropsia el domingo en la noche y tenía previsto continuarla el lunes acompañada de agentes armados de la unidad de pesca de la NOAA ante el peligro de que hubiera osos en la zona, señaló Speegle.
El bulbo de proa es parte de la proa principal; va sumergido y tiene como propósito evitar que el barco haga olas.
La presencia de una ballena muerta en el bulbo de proa no significa que el barco la haya golpeado, dijo Speegle. El animal quizá ya estaba muerto en el agua y se atoró en esa parte del buque.
«Esperamos que la necropsia determine ese punto», señaló Speegle.
La ballena no fue vista en el bulbo de proa media hora antes, afirmó en un correo electrónico Sally Andrews, portavoz de Holland America.
Poco después de las 4:30 de la mañana, un oficial preparaba el barco para su llegada y no había visto la ballena de aleta, agregó.
Lo sucedido entristece a la compañía , afirmó Andrews. Holland America tiene un amplio programa para evitar que sus barcos choquen con ballenas y no estaba al tanto de que hubiera ejemplares en la zona.
«Nuestros barcos tienen directrices claras de funcionamiento en caso de que se vea a ballenas en las cercanías, como alterar el curso y reducir la velocidad a lo recomendado», apuntó.