Un niño que estaba comprando juguetes con sus padres en una tienda de Maryland, en Estados Unidos, se enfrentó a un asaltante cuando éste intentó tomarlo del brazo.
Los dos criminales ingresaron y le ordenaron a la familia que se apoyara contra una pared. Uno de ellos tomó al niño para arrastrarlo. Jamás imaginó que este reaccionaría pegándole dos golpes de puño en el estómago.
Afortunadamente, el ladrón tuvo compasión y no reaccionó. Sencillamente se limitó a dejarlo en un rincón junto a sus padres. Luego él y su cómplice sometieron al encargado de la tienda, vaciaron la caja registradora y se fueron. Los delincuentes, hasta el momento, no han sido identificados.