Un nuevo motín con al menos tres muertos se desató en la cárcel estatal de Topo Chico de Monterrey, al norte de México, donde en febrero pasado tuvo lugar otra brutal riña que dejó 49 muertos, informaron este miércoles autoridades.
El secretario de Gobierno (Interior) del estado de Nuevo León, Manuel González, confirmó una en rueda de prensa al filo de la medianoche que hay tres personas fallecidas con motivo del «disturbio» y 14 heridas, cuatro de la cuales de gravedad.
Sin poder dar detalles aún del motivo de la riña, el funcionario aseguró que la situación «ya está controlada», que hay patrullas cercando el centro y que no habría ningún miembro de las fuerzas de seguridad fallecido o herido.
En su informe sobre prisiones del 2015, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) colocó la cárcel de Topo Chico entre las que suspendían en sus condiciones generales y aseguró que sufre de hacinamiento ya que, pese a tener capacidad para 3.635 reos, en realidad alberga a 4.176.
El mortífero motín de febrero, en el que los presos quemaron dos módulos del penal y que también dejó 12 heridos, se originó por el enfrentamiento entre dos grupos encabezados por cabecillas del sanguinario cártel de Los Zetas que se disputaban el control del centro de reclusión.
Esa brutal riña puso en evidencia que la cárcel estaba autogobernada por los reos y exhibió también las vulnerabilidades y fallas del sistema penitenciario mexicano que el presidente Enrique Peña Nieto pidió reformar a raíz de la vergonzosa fuga del ahora recapturado capo Joaquín «El Chapo» Guzmán en julio pasado de una cárcel de máxima seguridad.
En los años recientes, las prisiones mexicanas han registrado diversos motines. En febrero de 2012, 44 presos murieron y otros 30 escaparon de la cárcel de Apodaca, también en Nuevo León.