LeBron James y los Cavaliers de Cleveland están al tanto de lo que se rumora y a veces se grita en la final de la NBA.
De acuerdo con esos cuestionamientos, los Cavs, al jugar en la Conferencia del Este, no han enfrentado a rivales que representen una prueba exigente. Y por lo tanto, no saben enfrentar la adversidad.
Dichas complicaciones llegaron en el primer partido de la final, cuando los Warriors de Golden State no necesitaron siquiera de un gran desempeño por parte de sus dos astros para aplastar a los Cavs en la Oracle Arena.
Ahora, todos quieren saber cómo responderá Cleveland. ¿Cómo reaccionará tras un encuentro en que, ni siquiera con sus estrellas saludables mostró argumentos para ganar la revancha ante los Warriors?
El año pasado, Golden State se impuso a unos diezmados Cavs, que incapaces de ofrecer un juego de conjunto, recurrieron a la actuación de James como solista antes de sucumbir en una serie de seis encuentros.
Durante toda la temporada, Cleveland lució en el Este. Ahora, abundan las dudas. El segundo partido se realiza este domingo en Oakland, donde Stephen Curry y Klay Thompson seguramente tratarán de brillar tras la discreta actuación que tuvieron en el primer partido.
Depende de los Cavs demostrar que pertenecen a la misma elite que los campeones defensores de la NBA.
«No somos un equipo que pierda la compostura por nada», comentó James.
La realidad es que los Cavs sí han enfrentado exigencias. A fin de cuentas, son el equipo de LeBron, quizás el deportista más seguido en Estados Unidos. Sus actuaciones atraen la atención de fanáticos, compañeros y periodistas, para bien o para mal.
«Es divertido, porque la gente habla de que no hemos enfrentado adversidades, y las hemos soportado toda la temporada», señaló el entrenador de los Cavaliers, Tyronn Lue. «Y pienso que nuestros jugadores hicieron un gran trabajo al unirse y entender que tenemos la meta común desde el comienzo de la temporada, aunque hayamos tenido algunos obstáculos y hayan pasado algunas cosas».
¿No hubo adversidades? ¿Qué tal el despido del entrenador que llevó a Cleveland a la final pasada y que los tenía con una foja de 30-11 en el comienzo de esta campaña?
¿Qué hay de James y sus tuits controversiales, en los que instó a sus compañeros a tener mejores actuaciones? ¿Y qué tal el reto de Kevin Love, quien después de una terrible lesión recuperó sus condiciones para incorporarse a una ofensiva dominada por James y Kyrie Irving?
Seguro, los Cavaliers ganaron sus primeros 10 compromisos de los playoffs. Y los Raptors nunca los amenazaron de verdad en la final del Este, pese a que empataron la serie 2-2.
Está claro que el Este es menos desafiante que el Oeste en la temporada regular.
Pero estos Cavaliers han resistido la presión desde que James decidió reintegrarse a sus filas hace casi dos años. Saben que los sufridos aficionados tienen depositadas en ellos todas sus esperanzas de ganar un título que les ha sido huidizo durante 52 años.
«Hay buenas cosas que surgen cuando sientes que estás contra la pared», afirmó Love. «Es entonces cuando tienes que pelear. Pienso que… hemos salido adelante ante la adversidad. El domingo tenemos que reaccionar para volver a Cleveland con la serie empatada 1-1».
Desde luego, una cosa es la adversidad y otra el reto formidable que representa Golden State.