Los mexicanos votaban el domingo en 14 estados del país para elegir nuevas autoridades, en un proceso salpicado por denuncias de corrupción contra algunos gobernadores y el descontrol del crimen organizado, lo que podría hacer perder al oficialista PRI algunos bastiones en los que ha gobernado por más de 80 años.
Más de 37 millones de mexicanos están habilitados para votar en estas elecciones, en las que se renovarán más de 1,800 cargos de elección popular incluyendo diputados estatales y alcaldes.
En Veracruz, el tercer estado con más peso electoral de México, el gobernador del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), Javier Duarte, está bajo fuego. Lo acusan de millonarios desvíos de fondos, de endeudar de manera crítica al estado y de no contener a la delincuencia, que ha asesinado o desaparecido a cientos de personas.
Allí, el candidato priísta Héctor Yunes está empatado en las preferencias con su primo Miguel Ángel Yunes, postulado por una alianza entre el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Pero también cuenta con posibilidades Cuitláhuac García, el aspirante de Morena, una joven fuerza creada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Si ganara Veracruz, le daría un trampolín inmejorable al izquierdista López Obrador en su tercer intento por llegar al poder en los comicios del 2018.
Disgustado por la violencia criminal que mató recientemente a su primo y por la falta de empleo, Carlos Contreras, un residente de Veracruz que votó por Duarte en el 2010 y fue por años leal al PRI, dijo que esta vez apoyará a Morena.
«Espero y quiero que pierda el PRI«, dijo Contreras de 32 años afuera de la oficina del gobernador en Xalapa, la capital del estado. Para él, López Obrador es su «gran esperanza» para la presidencia de México.
«Enrique Peña Nieto es igual que el gobernador de Veracruz«, dijo.
Los observadores electorales estaban atentos a posibles señales de fraude o violencia alrededor de la votación, una situación que no es extraña en México. Representantes de los partidos a menudo van de puerta en puerta repartiendo dinero u obsequios para animar a la gente a apoyar a sus candidatos.
Las cosas no pintan bien para el PRI tampoco en Tamaulipas, vecino a Veracruz y sobre la frontera con Estados Unidos, que por años ha estado bajo el dominio de dos grupos del crimen organizado y donde el candidato panista Francisco García Cabeza de Vaca marchaba a la cabeza de algunas encuestas.
También habrá elecciones en Quintana Roo, donde se ubica el famoso centro turístico de Cancún y donde el gobernador, Roberto Borge, ha sido acusado de utilizar fondos públicos para uso personal y de perseguir a periodistas y opositores.
Los otros estados donde habrá elecciones son Baja California, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Zacatecas, en el norte; Aguascalientes, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México, en el centro; y también en el sureño Oaxaca.
Dos días antes de los comicios, la justicia abrió un caso por supuesta corrupción contra el ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, un hombre del PRI.
