La organización animalista PETA denunciará el martes el cruel degüello de ovejas en estancias chilenas en el extremo sur del país, dedicadas a la crianza de animales cuya lana es vendida a la británica Standard Wool, la mayor empresa de lana del mundo.
La organización Personas por el Trato Ético de los Animales, PETA, por sus siglas en inglés, destaca por sus denuncias que buscan crear conciencia sobre el respeto a los animales.
La Associated Press revisó un vídeo de PETA que muestra a trabajadores de haciendas en las cercanías de Punta Arenas, en el extremo sur, donde se observa cómo toman a los animales, los atan de sus extremidades y luego los tiran sobre la parte posterior de un camión.
Más adelante un hombre tiene a una oveja sin atar sobre sus rodillas y le da un primer tajo para degollarla, el animal mueve sus patas y su cuerpo y el sujeto vuelve a darle otro corte en el cuello, la oveja sigue moviéndose sobre un gran depósito casi lleno de sangre. El sufrimiento de la oveja no cesa, sigue sangrando y el trabajador recibe un llamado o saca su celular, lo mira, se ríe fuerte, manipula algunas teclas, y después de guardarlo se vuelve hacia la oveja para darle lo que sería el corte final. Ha pasado mucho tiempo, quizás varios minutos.
PETA denunció estas prácticas a la oficina regional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Magallanes. La respuesta del SAG a la que AP tuvo acceso, dijo que las ovejas son sacrificadas para el consumo de los estancieros, por lo que no se aplican las normas compasivas de sacrificio animal.
El SAG establece que el sacrificio de los animales debe realizarse «de manera compasiva», que incluso debe respetar su desplazamiento en grupo de manera calmada y añade que el aturdimiento previo «debe ejecutarse de manera correcta y sólo cuando los animales se vayan a sacrificar inmediatamente».
Su página en internet añade que «se debe utilizar un método de sacrificio/beneficio rápido y eficaz, que cause el menor sufrimiento posible».
Nada de lo anterior se observa en el largo proceso de degüello de las ovejas. La misiva del SAG a PETA señala que las normas se aplican a los procesos industriales y no para el consumo de trabajadores.