El partido de los hermanos, el que había dado que hablar porque Albania y Suiza contaban con dos en sus filas y numerosos jugadores con nacionalidades entrelazadas, acabó con un triunfo helvético (0-1) gracias a la generosidad fraternal de los albaneses que colmaron de regalos a sus rivales.
El primero a los cinco minutos, cuando una desastrosa salida del meta Berisha en un lanzamiento a balón parado de los suizos permitió a Schar poner a su equipo por delante en el marcador en un buen cabezazo.
Por si fuera poco con que Albania, una selección construida por el técnico italiano Giovanni de Biasi con una clara vocación defensiva, se viera obligada a atacar, a los 37 minutos el capitán Loick Cana resbaló en un contragolpe helvético y se vio obligado a desviar el balón con la mano. Segunda amarilla y su equipo reducido a 10.
Pese a tanta generosidad, Suiza no supo matar el partido y Albania dispuso de varias buenas ocasiones para sorprender a los helvéticos, que solo evitaron el empate gracias a las buenas intervenciones de su portero Sommer.
La «Nati», que había dominado con dificultades hasta la expulsión, se dio tras ella un festín de ocasiones que permitieron a Berisha demostrar que no es un portero tan malo como pareció en el gol helvético, y a Suiza darse cuenta de que si no afina la puntería no encontrará tanta generosidad en sus rivales en el resto de la competición.
Suiza consiguió su segunda victoria en una Eurocopa (la primera la logró en 2008 contra Portugal) y empata a tres puntos con Francia en el grupo A, lo que deja entrever que ambas selecciones alpinas se jugarán el primer puesto del grupo.
Albania, que jugó su primer partido en una fase final, dejó la impresión de que no será el equipo revelación que algunos habían augurado y parece condenado a jugarse el tercer puesto con Rumanía.
Hasta la expulsión de Cana, Suiza se limitó a contemporizar, mientras Albania esperaba su ocasión. Que pudo llegar a la media hora de juego en un pase en profundidad de Sadiku que dejó a Hysaj solo ante el meta suizo, que estuvo más ágil en el mano a mano.
En la falta que siguió a la mano de Cana, Dzemaili estrelló el balón contra el palo. El mismo jugador pudo marcar dos minutos más tarde a pase de Lichtsteiner y Berisha sacó un ajustado disparo de Seferovic tres más tarde.
Pero la falta de acierto suizo dejaba con vida a una Albania que hasta el último resuello buscó el empate con uno menos. Pero Suiza no fue tan generosa como sus rivales y sobre todo Sommer, que se encargó de que los tres puntos quedaran en su casillero.
El buen hacer del meta evitó que los de Petkovic sufrieran la humillación de empatar con un hombre más ante una debutante. Sobre todo cuando en el minuto 87 sacó a Gashi un balón en el último mano a mano que tuvieron los albaneses.