La casa donde nació Adolfo Hitler podría ser derribada, declaró el ministro del interior de Austria, explicando que esa «sería la solución más justa».
El gobierno austríaco desea confiscar la propiedad en Braunau am Inn, cerca de la frontera con Alemania, para evitar que se convierta en un destino de peregrinaje para neonazis.
El Ministerio del Interior ha estado rentando la casa desde 1972 para evitar que sea usada con fines indeseados, otorgándola en alquiler a sucesivas organizaciones caritativas. El edificio ha estado vacío desde que un centro de asistencia para personas con discapacidades se mudó en 2011.
El ministro del Interior Wolfgang Sobotka explicó a la televisora ORF la noche del sábado que expropiar la propiedad es algo «necesario».
Añadió: «Hemos explorado todo tipo de opciones para usarla, para comprársela al propietario, pero sin resultados».
«Desde mi punto de vista derribar la casa sería la solución más justa», dijo Sobotka.
Según la Austria Press Agency, el ministerio aclaró el domingo que las declaraciones eran solo la opinión personal de Sobotka y que queda por determinarse si la demolición del inmueble es una opción legal.
Una comisión de historiadores ha sido asignada para decidir la suerte del edificio.
Hitler, el futuro líder nazi, nació allí en 1889.