La estrella pop se encuentra en un receso indefinido en su carrera, pero trabaja activamente en su intento por recuperar el control de su vida y su dinero tras 12 años de una curaduría judicial ejecutada principalmente por su padre, James Spears.
El martes por la tarde, una jueza en Los Ángeles escuchará argumentos sobre la solicitud de Spears, que incluye el retiro de James Spears como cocurador por lo que su hija califica como su rechazo a compartir el control de sus más de 60 millones de dólares en activos.
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La curaduría, conocida en muchos estados como una tutela, comenzó en 2008 cuando la cantante atravesaba un periodo de inestabilidad emocional y tuvo crisis a menudo en público. Los arreglos normalmente se limitan a personas con capacidad severamente reducida de tomar decisiones por sí mismos, y se supone que son temporales. Pero Britney Spears, de 38 años, ha permanecido bajo control judicial mucho más tiempo de lo que cualquiera anticipaba.
La artista ha reconocido que el arreglo era necesario cuando se estableció y que probablemente salvó su carrera, y se mantuvo en silencio a lo largo de casi todos estos años.
Pero en agosto empezó a indagar públicamente quién supervisaba su vida y dinero, pidiendo mayor transparencia en solicitudes en la corte a menudo secretas, e incluso declarando su solidaridad con los fans que han exigido en manifestaciones y posts en línea que aquellos en control liberen a Britney: #FreeBritney.
En agosto de este año, Britney Spears dijo que objetaba fuertemente que su padre volviera como tutor de su persona, y quiso darle a su reemplazo aprobado por la corte, Jodi Montgomery, el papel permanente.
En septiembre fue más allá al pedir que una fiduciaria corporativa, Bessemer Trust, se convirtiera en curadora de sus finanzas en lugar de su padre.
Informes contables
En documentos presentados por su abogado designado por la corte para la curaduría, Samuel Ingham III, Spears dijo que su padre claramente trataría de “retener el total control funcional de sus bienes, libros y discos pese a las objeciones de Britney”.
También citó que recientemente él no le notificó que su gerente de negocios había renunciado y que designó a uno nuevo, y dijo que ella planea objetar los informes contables que se harán en la audiencia del martes.
En sus propios documentos, James Spears argumentó que ha hecho bien su trabajo al llevar el patrimonio a su valor actual de más de 60 millones de dólares tras haber estado en deuda y enfrentar demandas por decenas de millones.
No está claro si la jueza Brenda Penny tomará una decisión el martes.