Inglaterra aseguró el pase a los octavos de final de la Eurocopa tras empatar el lunes 0-0 con Eslovaquia, pero dejó escapar el primer puesto del Grupo B.
Roy Hodgson decidió rotar jugadores en Saint Etienne e hizo seis cambios con respecto al equipo que venía de ganarle 2-1 a Gales.
Pero el tiro le salió por la culata al veterano entrenador inglés, puesto que no supieron doblegar la resistencia de un porfiado rival.
El empate abrió las puertas para que Gales le desplazara de la cima en la llave. Gareth Bale y compañía despacharon 3-0 a Rusia en el otro partido del grupo para registrar seis puntos, uno más que el balance inglés.
Con la necesidad de ganar para comandar el grupo y evitarse un cruce contra un rival de peligro en los octavos de final, Hodgson dio prioridad a las piernas frescas. El capitán Wayne Rooney fue uno de los varios titulares que recibieron descanso.
«Si hubiéramos ganado el partido, la gente no estaría diciendo que les echamos de menos (a los descartados) y al perderlo la crítica es que nos equivocamos con la alineación. Eso me lo sé de memoria», afirmó Hodgson. «Quedar segundos es una decepción, pero estamos en octavos y quién puede asegurar que nuestro siguiente oponente será más fuerte. Nadie puede anticipar eso. Y con nuestro nivel de juego, no le tengo miedo a nadie».
Inglaterra generó una docena de ocasiones ante Eslovaquia, que aún puede colarse en la segunda etapa como uno de los cuatro mejores terceros tras redondear una cosecha de cuatro puntos.
Eslovaquia había encajado al menos un gol en sus seis partidos previos en grandes torneos. También había perdido en sus tres partidos anteriores contra los ingleses.
Hodgson puso como titulares a Jamie Vardy y Daniel Sturridge, los delanteros que ingresaron en el segundo tiempo ante Gales y cuyos goles permitieron darle la vuelta a un marcador adverso. El central Gary Cahill cargó con el brazalete de capitán.
Nathaniel Clyne, Ryan Bertrand, Jack Wilshere y Jordan Henderson fueron los otros que tuvieron su primera oportunidad como titulares.
Wilshere arrancó bien enchufado al hacer dupla con Adam Lallana en el mediocampo.
Con un ordenado bloque defensivo y varias intervenciones del arquero Matus Kozacik, Eslovaquia supo responder al asedio inicial.
El gasto físico acabó pasando factura a los ingleses, y los primeros cambios fueron para refrescar la sala de máquinas, con Rooney y Delle Alli ingresando por los fundidos Wilshere y Lallana. Harry Kane entró después por Sturridge.
«Sabíamos que Inglaterra había asegurado su clasificación y que quizás no se animarían a atacar mucho, pero es obvio que es un equipo con abundantes recursos cuando ataca y salieron a buscar la victoria», comentó el técnico eslovaco Jan Kozak. «Necesitábamos al menos un punto, lo conseguimos y ahora hay que tener fe de que nos alcanzara para avanzar».