El primer ministro japonés Shinzo Abe declaró que se tomará «seriamente» las inquietudes del monarca.
Sin decirlo literalmente porque está prohibido, el emperador de Japón, Akihito, informó este lunes que considera la posibilidad de abdicar por su avanzada edad y la dificultad para hacer cumplir sus deberes en el futuro cercano.
«Me preocupa que pueda convertirse en algo difícil para mí llevar a cabo mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora», aseguró Akihito en un mensaje televisado de 10 minutos que fue grabado en el Palacio Imperial.
El emperador, quien tiene 82 años, se mostró preocupado de que «algún día» no pueda realizar sus funciones como jefe de Estado, lo cual «podría tener efectos adversos para la sociedad» nipona.
Dado que la legislación de la Casa Real japonesa no estipula el proceso de abdicación, Akihito evitó referirse de forma explícita de la posible cesión de soberanía.
Por tal, el anuncio se erige como un hecho memorable en la historia reciente de Japón. Y para Akihito fue apenas su segundo mensaje público en más de 20 años, desde marzo de 2011 cuando se refirió a las secuelas del terremoto.