Ya está aquí uno de los eventos más esperados del año para astrónomos y aficionados: la anual lluvia de Perseidas.
Los meteorólogos predicen que este año el evento será aún más espectacular debido a un aumento de la tasa de meteoros, y tendrá su máximo las noches del 11 y del 12 de agosto, según la NASA.
Las Perseidas son meteoritos rápidos y brillantes que frecuentemente dejan estelas.
Entre la medianoche y el amanecer el 12 de agosto se esperan entre 160 y 200 meteoros visibles por hora.
Como referencia, la lluvia de meteoros Eta Acuáridas de mayo tuvo una tasa de 10 meteoros por hora.
La lluvia de estrellas está compuesta por partículas del Cometa 109/Swift-Tuttle, que viaja por la parte interna del Sistema Solar.
Las Perseidas reciben su nombre de la constelación Perseo, ya que al parecer desde ahí aparecen cuando se mira el cielo.
-Cómo ver la lluvia de Perseidas
Lo primero que debes tener en cuenta es que debes ser paciente. Se tarda unos 45 minutos en que tus ojos se acostumbren a la oscuridad.
Para aquellos con la esperanza de capturar fotos impresionantes del evento, solo necesitarán una cámara y objetivo, aunque un trípode será muy útil para capturar time-lapses o imágenes de larga exposición.
A pesar de ser conocidas por sus brillantes meteoros, las Perseidas se ven mejor bajo cielos oscuros como los que se encuentran en parques nacionales o áreas rurales.
Pero para aquellos que no pueden escapar de la contaminación lumínica, la NASA tendrá un streaming del evento a partir de las 10 pm hora del este de Estados Unidos las noches del 11 de agosto 12 y 13.
-Los restos de un cometa
Las Perseidas son antepasados del cometa Swift-Tuttle, que fue descubierto en 1862. Cada meteoros de las Perseidas es un vestigio de esta antigua roca espacial.
Ahora, el Swift-Tuttle es un campo de escombros compuesto por rocas espaciales de hielo, y tarda unos 133 años en orbitar alrededor de nuestro Sol. A medida que se desplaza por el interior del sistema solar, los restos del cometa derraman trillones de partículas cósmicas a su paso, y cuando esas rocas entran en la atmósfera de la Tierra se queman, creando un destello de luz brillante, fenómeno que algunos interpretan como estrellas fugaces.
Estos meteoros rápidos y brillantes son visibles desde el hemisferio norte.