Los números empiezan a complicarse para Donald Trump en su camino para alcanzar 270 votos electorales. Esa cifra es el umbral para que el candidato presidencial republicano gane la presidencia de Estados Unidos.
Trump necesita reforzar sus posibilidades para afianzarse en el mapa electoral y parece que esa es la razón por la que parece acercarse a los estados del corazón industrial del país, cerca de los Grandes Lagos. En días pasados hizo visitas a Michigan y Pennsylvania. Es una parte del país donde se supone que puede competir con su rival demócrata, Hillary Clinton.
Los números son malos para Trump, especialmente en Colorado, Virginia y North Carolina. El equipo de campaña de Clinton está empezando a gastar un poco de dinero en Georgia y Arizona, estados que tradicionalmente han votado a favor de los candidatos republicanos para presidente.
«Trump tiene que empezar a hacer algunas movidas», dijo Stephan Thompson, un asesor sénior del gobernador de Wisconsin, el republicano Scott Walker.
«Necesitamos que él tenga una semana positiva a fin de crear una trayectoria positiva. No se está viendo eso en ningún lugar, sea Wisconsin, Ohio o en otro lugar», advirtió.
Cuando faltan tres meses para las votaciones del 8 de noviembre, el mapa electoral para Trump luce poco prometedor.
La fase de votación anticipada empieza el próximo mes, así que al menos los votantes tienen una amplia oportunidad de cambiar de opinión. Por el momento, Clinton tiene una clara ventaja en las encuestas de preferencia, nacionales y estatales, en un momento crítico en la campaña: después de las convenciones de los partidos y cuando los votantes empiezan a prestar mucha atención a la contienda.
Si Clinton se asegura estados como Colorado, Virginia y North Carolina donde encuestas recientes indican que ella tiene una ventaja significativa_, Trump tendría que ganar la mayoría de los estados colindantes con los Grandes Lagos para tener alguna posibilidad de llegar a los 270 votos electorales.
Eso, siempre y cuando gane en Florida. Una derrota allí y necesitará victorias arrasadoras en todos los estados clave excepto Illinois y Nueva York, que apoyan firmemente a Clinton.
En este momento, Trump no tiene la ventaja en ninguno de los estados en los que tendría que ganar y donde según encuestas recientes está muy por detrás de Clinton.