Un funcionario olímpico de alto rango sospechoso de revender boletos de los Juegos Olímpicos fue hospitalizado el miércoles al sentirse mal cuando la policía fue a detenerlo a su hotel.
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El vocero del COI, Mark Adamas, dijo a la AP que el irlandés Patrick Hickey, un miembro de la junta del COI, está acusado de confabularse con al menos otras seis personas para vender ilegalmente boletos para los Juegos de Río, indicó la policía de la ciudad.
«La policía civil descubrió la participación de Patrick en una confabulación internacional de reventa de boletos», dijo la unidad policial de Río que investiga fraudes.
Hickey, de 71 años, es presidente del comité olímpico de Irlanda y de los Comités Olímpicos Europeos, además de formar parte de la junta del COI desde 2012.
«Descubrimos que el comité olímpico irlandés facilitó la reventa de entradas», afirmó el investigador Ricardo Barbosa en una conferencia de prensa.
Adams afirmó que el COI «no sabe cuáles son las acusaciones», pero que «cooperará plenamente con la investigación».
«Tenemos total confianza en el sistema judicial local y creemos que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad o se le radican cargos», agregó.
Funcionarios al tanto del caso dijeron a la AP que la policía llegó a la habitación de Hickey en un hotel del COI en la playa de Barra de Tijuca poco después de las 7 de la mañana del miércoles. Los funcionarios hablaron bajo la condición de no ser identificados porque no se habían dado detalles del caso.
Hickey se sintió mal y fue llevado por la policía a un hospital cercano. De inmediato no había información sobre su condición.
«Todavía estamos tratando de recopilar información», dijo el COI en un comunicado.
El comité olímpico de Irlanda indicó que «está al tanto de las versiones sobre Pat Hickey y está buscando información sobre la situación antes de comentar al respecto».
Un funcionario irlandés fue arrestado la semana pasada como parte de la misma investigación, y otros cuatro ejecutivos también son buscados.
La policía ha confiscado más de 1.000 boletos que fueron vendidos por encima de su costo y que habían sido asignados originalmente al comité irlandés. La compañía sospechosa de revenderlos es la empresa británica de turismo THG Sports.
Uno de los ejecutivos buscados es Marcus Evans, dueño de Marcus Evans Group, empresa matriz de THG Sports y dueña del club de fútbol Ipswich Town.
Kevin James Mallon, uno de los principales ejecutivos de THG Sports, fue arrestado al principio de los Juegos junto con un empleado que ejercía de traductor. La policía dijo que Mallon tenía boletos falsos.