La mujer argentina condenada a 8 años de prisión a causa de un aborto -que los médicos diagnosticaron como «espontáneo» recuperó su libertad por orden judicial, punto final a un caso que generó protestas y denuncias internacionales, anunciaron el viernes fuentes de tribunales.
La liberación de Belén (27 años) se produjo la noche del jueves en la ciudad de Tucumán (norte). El nombre es de fantasía con la intención de mantener en reserva su identidad. Un grupo de mujeres activistas humanitarias la acompañó al salir de la cárcel.
La orden de excarcelación había sido impartida el martes por la Corte Suprema de Justicia tucumana. Belén permaneció en prisión más de dos años. En abril un tribunal la sentenció bajo el cargo de homicidio.
La mujer es una trabajadora de muy bajos recursos económicos. La historia comenzó con su ingreso a un hospital público de San Miguel, capital de Tucumán, a 1.200 km al norte de Buenos Aires, en marzo de 2014.
Belén tenía dolores abdominales y un aborto espontáneo en curso de unas 20 semanas, según su defensora, la abogada Soledad Deza, de la organización no gubernamental Católicas por el Derecho a Decidir.
Horas después de que Belén sufriera su pérdida, en el hospital encontraron un feto de 32 semanas en el inodoro de un baño. Le adjudicaron el hecho como un crimen, pero sin pruebas de ADN, según la defensa.
Los médicos diagnosticaron «aborto espontáneo«. La paciente dijo ignorar que estaba embarazada. Organizaciones humanitarias y representativas de mujeres pedían su liberación bajo la consigna #LibertadParaBelén.
Diez entidades defensoras de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, se presentaron como amicus curae, después de la condena, para apelar ante el alto tribunal. Consideraron como «de violencia de género de cuño institucional».
Millares de personas se habían movilizado hace una semana en plazas de todo el país en reclamo de su liberación.