El presidente Juan Manuel Santos dijo el miércoles que espera dar al país una noticia histórica relacionada con el cierre exitoso de las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC.
«Todos debemos estar muy contentos porque hoy es un día muy especial», aseguró el jefe de Estado en un acto público en la sede de gobierno en Bogotá.
Explicó que los negociadores del gobierno en La Habana «están dándole los últimos retoques» al acuerdo final de paz «porque hoy espero darle una noticia histórica, muy importante al país».
Horas antes miembros de las delegaciones negociadoras habían dicho que ultimaban los detalles para anunciar oficialmente el cierre exitoso de las conversaciones.
Las delegaciones negociadoras «no hemos dormido, pero ha valido la pena», aseguró a la emisora Caracol Radio el senador oficialista Roy Barreras desde La Habana, sede de las negociaciones.
La noche del martes funcionarios del gobierno aseguraron que las partes estaban a las puertas del cierre de la negociación que se inició en 2012 en la capital cubana «y por lo tanto de tener el acuerdo final y definitivo».
La víspera en las redes sociales circularon fotografías de las delegaciones en La Habana poniendo a punto el acuerdo final. La imagen fue difundida por el equipo de paz del gobierno, que la acompañó con la frase «se acerca el día… Vamos camino a la paz».
En tanto, el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño o «Timochenko», escribió en su cuenta de Twitter que el martes por la noche los negociadores «acaban de terminar una nueva jornada. Se sigue trabajando intensamente en función del acuerdo final«.
Se espera que apenas haga el anuncio oficial el jefe de Estado informe oficialmente al Congreso para que convoque a un plebiscito en el que los colombianos dirán si apoyan o no los acuerdos alcanzados en la isla.
Las negociaciones han tenido una férrea oposición entre los seguidores del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).
La proximidad de la clausura exitosa de la mesa de diálogo en La Habana se avizoró a comienzos de agosto cuando las partes dieron a conocer una suerte de hoja de ruta que guiará el cese del fuego bilateral que entrará en vigencia desde el mismo momento en que se firme el acuerdo definitivo y que en la práctica significará el fin de los enfrentamientos entre el Estado y las FARC.
También se establecieron a inicios de mes los mecanismos de monitoreo para el fin de las hostilidades que correrán a cargo de las Naciones Unidas y grupos de observadores internacionales y el funcionamiento de 23 zonas y ocho puntos a los cuales arribarán de manera transitoria los guerrilleros mientras se realiza el proceso de abandono de las armas.
Asimismo se estableció que la recolección y almacenamiento del armamento en poder de las FARC se desarrollará en tres fases a los 90, 120 y 150 días de la firma de la paz.
Desde fines de 2012 la administración de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llevan adelante en Cuba el proceso para tratar de poner fin a más de medio siglo de conflicto armado interno.
Hasta ahora las delegaciones han llegado a acuerdos en temas clave como una reforma agraria, la participación de los rebeldes en política, la lucha conjunta contra el narcotráfico, el resarcimiento de las víctimas, el blindaje jurídico y político a los puntos que se acuerden en la negociación, la forma en que los actores del conflicto armado pagarán por sus crímenes, el cese bilateral y definitivo del fuego y el abandono de las armas por parte de los rebeldes.
Según cifras oficiales las FARC tienen en sus filas a unos 7.000 combatientes.
En los últimos 15 años el ejército colombiano, apoyado por el gobierno de Estados Unidos, desató una ofensiva que diezmó las tropas del movimiento insurgente y replegó a sus combatientes pero sin lograr derrotarlos, lo que puso a las partes en la necesidad de sentarse en una mesa de diálogo como la desarrollada en La Habana.
Si se formaliza el acuerdo final se extinguiría el último gran movimiento armado de América Latina.
En el país quedaría operando el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque el gobierno de Santos también busca negociar la paz con ese grupo rebelde.
Pese a los esfuerzos de las FARC y la administración de Santos la reconciliación entre los colombianos parece compleja tras un enfrentamiento que dejó más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados a las ciudades desde que se iniciaron las hostilidades en 1964.