La cifra de muertos por un terremoto que azotó al centro de Italia trepó a casi 250 personas el jueves, luego de que los rescatistas trabajaron durante la noche para intentar ubicar sobrevivientes bajo los escombros de las ciudades devastadas.
El número de fallecidos saltó a 247 desde los 159 que figuraban la noche del miércoles, dijeron autoridades nacionales y regionales, en momentos en que una ola de réplicas sacudía a las comunidades ubicadas 140 kilómetros al este de Roma.
El sismo magnitud 6,2 se registró la madrugada del miércoles mientras la gente dormía y arrasó localidades montañosas y dejó caminos intransitables. El movimiento fue tan potente que se sintió en Bolonia al norte y Nápoles al sur, ciudades que están a más de 220 kilómetros de su epicentro.
Muchas personas pasaron la noche en automóviles o tiendas de campaña en medio de una serie de fuertes réplicas, dos de las cuales alcanzaron magnitudes 5,1 y 5,4.
Las autoridades dijeron que la cifra de muertos parece destinada a subir, y podría superar la del último gran terremoto que afectó a Italia en el 2009 en la central ciudad de L’Aquila, una tragedia en la que fallecieron más de 300 personas.
Al menos 368 personas heridas habían sido hospitalizadas la noche del miércoles, dijo el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Un hotel que se derrumbó en la pequeña ciudad de Amatrice probablemente tenía unos 70 huéspedes y sólo siete cuerpos han sido recuperados hasta el momento, dijo el alcalde de la localidad, una de las más golpeadas por el sismo.
Los equipos de rescate que trabajaron con iluminación de emergencia rescataron con vida a una niña de 10 años de edad, removiéndola desde los escombros donde estuvo atrapada durante unos 17 horas en la aldea de Pescara del Tronto.
Muchos otros niños no tuvieron tanta suerte. Una familia de cuatro personas, incluyendo dos niños de ocho meses y nueve años, fueron sepultados cuando su casa se desplomó en el pueblo cercano de Accumoli.
Cuando los equipos de rescate removieron el cuerpo del bebé cubierto por una manta pequeña, la abuela de los niños culpó a Dios. «Él se los llevó a todos al mismo tiempo», se lamentó.
Renzi dijo que el Consejo de Ministros se reunirá el jueves para decidir medidas para ayudar a las comunidades afectadas.
«Hoy es un día para llorar. Mañana podremos hablar de reconstrucción», dijo a la prensa el miércoles.