Cuando inició el movimiento de tierra en diciembre pasado había pocos trabajadores en la construcción del nuevo Estadio Nacional de Béisbol, pues esa labor es mayoritariamente de las grandes máquinas.
Pero cuando inició 2016 había de 150 a 200 obreros; todos contratados por el gran consorcio que levanta la obra.
Hoy hay 650 trabajadoras y trabajadores y se proyecta llegar a 800 en los próximos días.
Bajo sol y lluvia estos obreros son parte de la historia; celebrando todos que tienen un empleo digno y con esperanzas de ver partidos de béisbol acá con sus hijos y hasta sus nietos.
El consorcio ha garantizado sus prestaciones sociales y sus tiempos de comida y descanso.
Hasta hoy solo se reportan casos de insolación o algunas lesiones leves propias de una labor de semejante magnitud.