Musulmanes de todo el mundo celebraron el lunes la fiesta de Eid al-Adha, una de las dos festividades más importantes del calendario islámico.
En conmemoración de la disposición de Ibrahim, o Abraham, a sacrificar a su hijo por orden de Dios, los musulmanes celebran este día sacrificando animales, como ovejas y cabras. La carne es compartida entre la familia y amigos y también donada a los pobres.
Fieles de todos los continentes celebran esta festividad mientras la peregrinación anual a La Meca, en Arabia Saudita, llega a su fin.
A la mezquita de al-Aqsa de Jerusalén acudieron en masa palestinos para las oraciones, mientras que en Irak las autoridades adoptaron medidas estrictas de seguridad, registrando a los fieles mientras entraban en la mezquita Abdul-Qadir al-Gilani en Bagdad.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, rezó en una mezquita en el barrio de Damasco de Daraya, que fue evacuado por los rebeldes y se rindió al control del Gobierno el mes pasado, informó la prensa estatal.
En Asia, decenas de miles de personas abandonaron la capital de Bangladesh, Daca, en trenes y ferris abarrotados de gente que se dirigía a sus lugares de origen para celebrar la fiesta con su familia y amigos, mientras que en la capital indonesia, Yakarta, los musulmanes asistieron a las oraciones de la mañana.
La festividad también se celebra en África, con fieles en países como Somalia y Kenia asistiendo en masa a las oraciones, mientras que en Rusia, miles de musulmanes se reunieron para rezar en Moscú.