La cantante Britney Spears ha cambiado tanto desde sus años más polémicos, marcados por los problemas con el alcohol y las drogas, que no duda a la hora de asegurar que lleva una vida casi de santa.
En realidad soy una persona muy aburrida. No salgo de fiesta por ahí. De hecho, no hago nada. Debería ser la Virgen María. Creo que mi vida ha dado un giro de 360 grados, ahora todo es diferente. Es un momento diferente en mi vida, una era diferente, afirma la cantante en una entrevista a la revista Flaunt.
La espiritualidad siempre ha jugado un papel importante en el día a día de Britney, tanto en sus años de juventud como ahora que es adulta y madre de Jayden (9) y Sean (10), ya que sigue pensando que todos tenemos una misión en esta vida.
Creo en la vida después de la muerte. Soy una persona espiritual. Creo en el cielo y en que todos estamos por una razón.
Creo que no voy a repetir mis experiencias anteriores con los hombres, y tampoco voy a casarme de nuevo, he acabado con todo eso. Puede que tenga algo esporádico, pero no voy a casarme con nadie, no creo en el matrimonio, confesó.