Seis guardias carcelarios fueron sentenciados a penas de prisión este viernes por haber golpeado salvajemente a un recluso en Rikers Island, una de los penales municipales más grandes de Estados Unidos.
El antiguo subjefe de seguridad, que ordenó la golpiza a Jahmal Lightfoot, que cumplía una condena por robo a mano armada, fue condenado a seis años y medio de prisión por lo ocurrido el 11 de julio de 2012 en este penal de la ciudad de Nueva York.
Otro guardia fue condenado a cinco años y medio de prisión. Otros cuatros guardias fueron sentenciados a cuatro años y medio.
Los acusados fueron declarados culpables en junio luego de 12 semanas de juicio por los cargos de agresión, falsificación de registros oficiales y mala conducta.
Otros dos guardias fueron condenados a cumplir 500 horas de trabajo comunitario.
«Espero que esta sentencia sirva para disuadir a aquellos que piensan que un uniforme y una insignia les da licencia para maltratar a los prisioneros o cubrir a los oficiales que lo hacen», señaló el fiscal del Bronx, Darcel Clark.
En el juicio se escuchó cómo el subjefe de seguridad, Eliseo Perez, ordenó a sus subordinados patear a Lightfoot en sus dientes.
Los oficiales lo golpearon y lo patearon en su cabeza «como un animal», ocasionándole problemas para respirar y el sangrado de su nariz y boca, según los testimonios.
Los abogados de los acusados no presentaron testigos, argumentando que la fiscalía había fallado en probar los cargos más allá de la duda razonable.
Legisladores han hecho un llamado por el cierre del presidio de Nueva York, que alberga a miles de presos, en medio de una campaña nacional contra la brutalidad policial y la urgencia de una reforma de la justicia criminal.
En 2014, una investigación federal destapó lo que los fiscales llamaron «una cultura generalizada y enquistada de la violencia» en Rikers Island y calificó al penal como una «institución inservible» para adolescentes presos.
Rikers Island es una de las prisiones municipales más grande de Estados Unidos con una población que ronda de 10.000 a 14.000 reclusos. Muchos de ellos cumplen prisión preventiva.