Paralelamente se desarrollará la Cumbre de Líderes sobre los Refugiados, acogida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno se reunirán este lunes en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, EEUU, para participar en la primera Asamblea General convocada para tratar sobre los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes.
En la cita se espera que los líderes aprueben una declaración de 22 páginas pactada en agosto pasado por los 193 países miembros de la ONU, para intentar resolver la crisis de los refugiados.
«Estamos determinados a salvar vidas; el desafío es, por encima de todo, moral y humanitario», reza el texto, donde los gobernantes se comprometen a proteger «totalmente» los derechos humanos de «todos los refugiados y migrantes, sin importar su estatus».
En la reunión de alto nivel, las expectativas son de rechazo unánime a «crímenes, discursos de odio y violencia racial», para así establecer un acuerdo que permita hacerle frente a los desplazamientos, que será conocida como la Declaración de Nueva York.
«Estamos en medio del mayor desafío en cuanto a refugiados y migrantes de nuestro tiempo», expresó días atrás el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien estará en su última Asamblea General.
Ban, quien dejará el cargo el próximo 31 de diciembre, llamó a las naciones a tener un «firme compromiso de proteger los derechos, la seguridad y la dignidad de los refugiados y los migrantes en todas partes».
Datos de la ONU revelan que a finales de 2015 en todo el mundo habían 21 millones de refugiados, de los cuales un 86 por ciento ameritan atención en países con ingresos medios y bajos.