Una docena de tailandeses seguían desaparecidos el lunes, al día siguiente del naufragio de un barco que transportaba a peregrinos musulmanes por el río Chao Phraya, que dejó 18 muertos.
Un barco con más de 100 personas a bordo se hundió la tarde del domingo después de chocar contra la orilla del río en la ciudad de Ayutthaya, a 80 km al norte de Bangkok.
Los pasajeros quedaron atrapados en el interior del barco, muy cargado, que sufrió una vía de agua a sólo unas decenas de centímetros de la ribera.
Dieciocho cuerpos fueron sacados de las aguas y 12 personas siguen desaparecidas, precisó a la AFP Rewat Prasong, el gobernador adjunto de Ayutthaya.
En plena estación de lluvias, el río está agitado por fuertes corrientes y miles de embarcaciones lo surcan a diario.
Según las autoridades, las víctimas son todas tailandesas.
«El barco estaba previsto para 50 personas», indicó Sudhi Puengpikul, jefe de la policía de Ayutthaya.
Los accidentes de barco a lo largo de la costa o entre las islas, y en los ríos, son muy frecuentes en Tailandia.
En este país del sudeste asiático, pese a ser muy turístico y más rico que sus vecinos, las normas de seguridad son a menudo mal aplicadas, debido al exceso de pasajeros, la falta de chalecos salvavidas, o los pilotos que conducen de forma negligente.