México, 20 nov (EFE).- Sin tregua, el coronavirus ha dejado ya en México más de 100.000 fallecidos, un sistema de salud exhausto y una economía entre las cuerdas que amenaza a millones de personas.
México es hoy el cuarto país del mundo por muertos -detrás de Estados Unidos, Brasil e India- y el undécimo por contagios.
Al 19 de noviembre de 2020 hay 1,019,543 casos confirmados #COVID19. Se han registrado 1,244,739 negativos, 100,104 defunciones confirmadas y 766,361 personas recuperadas. 1/2 pic.twitter.com/3XPPy4yIZI
— Hugo López-Gatell Ramírez (@HLGatell) November 20, 2020
Los 1.019.543 casos y 100.104 decesos confirmados rebasan por mucho las primeras proyecciones de Gobierno, que evitan ya hacer estimaciones del impacto al ver sobrepasadas todas sus métricas.
A nivel nacional, 63% de camas de hospitalización general están disponibles y 37% ocupadas. En camas con ventiladores, 71% están disponibles y 29% ocupadas. 2/2 pic.twitter.com/wSMwOcRYPE
— Hugo López-Gatell Ramírez (@HLGatell) November 20, 2020
Positivamente, el país ha capeado la crisis y no ha registrado imágenes trágicas de hospitales colapsados o cuerpos en las calles, pero arrastra un sinfín de problemas con consecuencias difíciles de predecir.
Combate desigual
El sistema de salud está agotado con trabajadores sanitarios enfrentando a este tramposo virus y a veces incluso dejándose la vida.
El país acumula 144.083 profesionales de la salud contagiados y 1.924 defunciones confirmadas y Amnistía Internacional alertó que México es el país del mundo con más decesos de personal médico.
En el Hospital Juárez de México trabajan a un ritmo frenético y aunque ahora la ocupación es del 67 % en el área covid-19, los meses han dejado mella.
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Tratamos a "un paciente que está al borde de la muerte, y tienes que estar ahí todo el tiempo. Y no es uno, son muchos pacientes", explica a Efe la encargada de Terapia Intensiva en Área Covid del hospital, Jessica Garduño.
La doctora, especialista en medicina crítica, apela a la "fuerza mental" y reconoce que algunos compañeros han caído incluso en depresión. Además, se muestra muy preocupada por esta compleja dicotomía: mientras el sistema de salud se consume, parte de la ciudadanía vive despreocupada.