Al menos 10 personas resultaron heridas el jueves al estallar una bomba adosada a una motocicleta cerca de una comisaría de policía en Estambul, en el último ataque de una serie perpetrada en la gran metrópoli turca.
El gobernador de Estambul, Vasip Sahin, dijo que el ataque, que dejó 10 heridos, fue perpetrado con un vehículo bomba por un atacante que habría huido, dejando heridos sólo a civiles.
El ataque de este jueves es el primero que se reporta en Estambul desde el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio.
Este incidente tuvo lugar en el distrito de Yenibosna, en la orilla europea de Estambul, no muy lejos del aeropuerto Atatürk, el principal aeródromo internacional de la ciudad, informó la cadena CNN-Turk.
Un anterior balance daba cuenta de cinco heridos.
Las imágenes difundidas por los canales de televisión turcos mostraban vehículos dañados por la explosión y cristales rotos desparramados por el suelo.
Varias ambulancias llegaron al lugar de los hechos y ese sector de la ciudad fue acordonado por la policía por temor a un nuevo ataque.
Testigos citados por televisiones turcas afirmaron haber oído una violenta explosión seguida por disparos.
En los últimos meses se han producido varios atentados en Turquía, algunos atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y otros reivindicados por la rebelión kurda.
Debido a que la ciudad ha vivido ataques tanto de yihadistas como de militantes kurdos este año, el gobernador añadió que se investiga para determinar si detrás del hecho se encuentra alguna organización.
«Se trabaja para saber si el hecho está relacionado con algún grupo terrorista», dijo el gobernador a los periodistas tras visitar el lugar. «Se están examinando con detalle las imágenes de las cámaras» de video.
Los medios turcos indicaron que se inició la búsqueda de un sospechoso que llevaba un abrigo negro y huyó del lugar tras el ataque.
Varias ambulancias fueron enviadas al lugar, indicó la televisión CNN-Turk.
«Hay polvo por todas partes»
La fuerza de la explosión destruyó los cristales de la estación de policía.
«Fue terrible. No tengo palabras», dijo un testigo, Metin Alev, a CNN-Turk. «Hay polvo por todas partes», dijo esta persona que se encontraba a sólo decenas de metros del lugar.
Turquía ha experimentado una ola de sangrientos atentados en sus dos más grandes ciudades, dejando decenas de personas muertas y colocando al país en alto nivel de alerta de seguridad.
Los militantes kurdos han realizado dos mortíferos atentados en Ankara, y se sospecha que atacantes suicidas del EI atacaron Estambul en tres ocasiones.
En junio, 47 personas murieron en un triple atentado suicida y un ataque con bala en el aeropuerto Atatürk de Estambul, que las autoridades sospechan fueron obra del EI.
Cincuenta y siete personas, 34 de ellas niños, murieron en agosto en un ataque suicida realizado por un individuo relacionado con los yihadistas del EI en una boda en la localidad turca de Gaziantep (sudeste).
El país también vivió un fallido golpe de Estado el pasado 15 de julio, que según el gobierno fue inspirado por el predicador islamista residente en Estados Fethullah Gulen, lo que desencadenó una amplia purga de sus seguidores en todas las instituciones del Estado.
La misma estación de policía de Yenibosna había sido atacada en 2012 en un atentado atribuido por las autoridades al Frente Revolucionario de Liberación del pueblo (extrema izquierda).