El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, conmutó el jueves las penas de reclusión de 102 personas, mayoritariamente condenadas por delitos de droga, poniendo así en práctica sus llamados a una reforma penal que ofrezca «segundas oportunidades».
Las nuevas conmutas de penas, anunciadas por el Departamento de Justicia, mejoran el récord de Obama, que concedió más que sus 11 predecesores en la Casa Blanca.
En sus dos mandatos, Obama conmutó ya 774 penas, aunque ejerció en mucho menor medida que sus predecesores su derecho de gracia a los condenados a muerte.
Estados Unidos mantiene actualmente más de 2,2 millones de personas tras las rejas, entre ellas legiones de enfermos mentales y adictos, muchos de ellos provenientes de minorías desfavorecidas. Este sistema genera una dramática tasa de reincidencia.